Mareando con el coaching

Hoy he podido leer dos noticias alucinantes. En La Gaceta de los negocios (página 53) el titular era "El coaching llega a la televisión", con el subtítulo "Antena 3 Nova emite un programa para ayudar a parejas". Se refiere a Manual de pareja, un programa semanal (domingos a las 9 p.m.) con el asesoramiento de Ángela Borja y David Suriol. Para la mayor parte de la ciudadanía, el coaching va a ser llevarte bien con tu pareja.
En Cinco Días (páginas 36-37), Lidia Conde, desde Fráncfort, nos habla de la primera academia de carisma (Akademie für Anziehungskraft) para ejecutivos y políticos en Stuttgart. Los suecos Ridderstrale y Nördstrom (Funky Business) nos enseñaron que un mundo en el que el mejor golfista es negro (Tiger Woods) y el mejor rapero es blanco (Eminem) anda bastante loco. Si además, por dos veces, la Copa América de Vela la gana Suiza (el Alinghi), el país donde McDonald's es más rentable es Francia y son los alemanes los que nos enseñan Carisma, es que estamos chalados.
Oliver Fink, fundador de la susodicha academia, promete formar a "ejecutivos competentes y apasionados, que impacten por su autenticidad, sus conocimientos y su visión de futuro". Asesora, según dice el artículo, a American Express, Novartis, Red Bull, Bosch, DaimlerChrysler, Unilever, Renault y SAP.
Jörg Abromeit, de la Redakademie de Bonn, cita como ídolos a Tony Blair, Nicolás Sarkozy y nuestro Rey Juan Carlos. Y habla irónicamente de "las diez reglas de oro para ganarse el público":
1. Hable sólo de sí mismo. Los oyentes estarán encantados de escuchar una autobiografía.
2. Empeqeñezca a su interlocutor. Seguro que se sentirá mucho mejor.
3. Engradézcase a sí mismo. Total, los demás son menos importantes.
4. Enseñe al otro. La mejor manera de calar en los demás de manera positiva: creer que uno lo sabe todo.
5. Quéjese. Los demás deberían sentirse satisfechos por escuchar todos nuestros puntos de vista. Protestemos.
6. Hable sobre todo de política y religión cuando no conozca bien a su oyente.
7. Interprete, pues al fin y al cabo usted quiere algo del otro y a nadie le importa cómo piensa realmente.
8. Hable mal de los demás. En ocasiones no se conoce lo suficiente al oyente. Hablar mal de los otros puede suponer un problema.
9. Si está de mal humor, peor para los demás. Llevarse los malos humos con uno, la mejor manera de ganarse a la gente.
10. No se interese por su interlocutor e interrúmpale todo lo que pueda, seguro que da resultado.
Para troncharse. Dejo para el final lo mejor. La entrevista (telefónica) de Carlos Salas a George Lakoff, autor de No pienses en un elefante ¡en ABC! (páginas 10-11). El titular: "A los progresistas no les gusta reinvidicar la patria y la bandera porque son estúpidos". En realidad, esa frase no aparecer así en ningún sitio de la entrevista. La frase de Lakoff más interesante de esa entrevista es: "si estás cabreado no tienes éxito y no eres fuerte, eres débil. La ira es una emoción negativa." Eso sí da que pensar, sin insultar a nadie.
Menos mal que los Directores Generales de verdad, los verdaderamente buenos, están en otro asunto y saben centrarse en lo importante. Como aquéllos con los que he tenido el privilegio de practicar coaching hoy en Barcelona. Magníficos profesionales que lo hacen cada vez mejor.