Aprende de tus hijos

Jornada en Bilbao (no en Barcelona, como escribí erróneamente ayer). Por la mañana, he convertido mi habitación del Hotel Zenit en improvisada oficina. Por la tarde, Javier Rodríguez (Unilever) me ha invitado al Foro Financiero, una importante reunión de directivos, para tratar el tema del coaching. Hemos tenido una animada discusión durante más de tres horas y media sobre lo que es el coaching, para qué sirve, las distintas metodologías, la secuencia paso a paso, etc.

He podido leer un libro de Ian Durston (consultor británico de Deloitte) con un título muy interesante: Todo lo que sé de negocios, lo aprendí de mis hijos. El texto comienza con el poema If (Si) de Rudyard Kipling y se centra en seis bloques: Liderazgo, Motivación, Rendimiento, Trabajo en Equipo, Gestión del Cambio y Gestión de uno mismo. Es original que las citas del libro sean de películas infantiles, como “¡Hasta el infinito y más allá!” (Buzz Lightyear, Toy Story), “Éste es el lugar donde se fabrica la música y donde se crean los sueños” (Willy Wonka, Charlie y la fábrica de chocolate), “Todo trabajo debe incluir un elemento de diversión” (Mary Poppins), “Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes” (Yoda, El imperio contraataca), “Son nuestras decisiones, Harry, las que demuestran quiénes somos realmente, mucho más que nuestras habilidades” (Dumbledore, Harry Potter y la cámara secreta) además de otras como la del ex Presidente Jimmy Carter (“Si tienes miedo de que los demás se enfaden, jamás conseguirás que den lo mejor de sí mismos”). Sir Winston Churchill (“Un fanático es aquel que es incapaz de cambiar de opinión y que nunca está dispuesto a cambiar de tema”), Pablo Picasso (“Todos los niños son artistas. Lo difícil es que lo sigan siendo cuando crezcan”) o Martin Luther King (“La verdadera grandeza de un hombre no se mide por su actitud en los momentos de comodidad y conveniencia sino por su actitud en los momentos difíciles y controvertidos”).
Los hijos nos enseñan a poner los límites, a ser íntegros (“si los valores morales no son suficientemente firmes, se convertirán en sí mismos en una estrategia”), a dar ejemplo, a generar confianza, a tomar a veces decisiones impopulares, a ser autoritario sin ser agresivo (me temo que la traducción del inglés confunde autoritario con orientativo, dotado de autoridad moral), a prestar atención a los colaboradores (como a los hijos), a dar incentivos, a establecer objetivos, a aprender de los errores, a preguntar abiertamente, a invertir en formación, a hacer equipo, a vivir los cambios, a delegar, a contar con un mentor (el “abuelito, dime tú”, de Heidi), a implicarse, a perseverar, a soñar... ¿Sentido común? Sin duda. ¿Práctica común? No estoy tan seguro.

Ha fallecido Sydney Pollack: director, productor, actor. Un “hombre del renacimiento” en el séptimo arte. ¿Qué mejor homenaje que volver a ver Memorias de África, Tal como éramos o Tootsie (estoy con Gerardo Herrero en que también hizo algunas flojillas, como Havana y tal vez el remake de Sabrina)? Tuvo la capacidad de narrar bellas historias como pocos.