Halcones y palomas

Hoy le he mandado a Lola Salado (responsable de imagen, marketing y comunicación de Eurotalent) el prólogo al libro de Empresas Top para Trabajar 2008. Los otros dos prologuistas de la próxima edición son dos prestigiosos profesores de escuelas de negocios: Lynda Gratton (London Business School) y Carlos Obeso (Esade). Excelentes profesionales. Desde Eurotalent colaboramos con gusto con las iniciativas de CRF, que dirige en España Robert Schaefer, como en otras que distinguen a las mejores compañías, como los Premios Empresa Flexible, que realiza CVA para el Ministerio de Trabajo y diversas comunidades autónomas, y el Merco (Reputación Corporativa), analizado por Villafañe y Asociados y Análisis e Investigación.

Este año me he preguntado en el mencionado prólogo si esto de ser una empresa preferida para trabajar también es útil durante las crisis (que, como indica su etimología griega, son cíclicas). En un artículo en Cinco Días del 27 de julio pasado, Manuel Pimentel hablaba precisamente de esto. Pimentel, ex ministro de trabajo, es un gran empresario y editor, un humanista dedicado al talento (escribió un libro muy interesante sobre el tema) y un excelente novelista. En el susodicho artículo, Manuel Pimentel pronosticaba que, con la crisis, volverán a la gestión de recursos humanos los halcones (los tipos duros, dispuestos a cortar gastos por lo sano) y desaparecerán las palomas (los que defienden la motivación, la selección bien hecha, la retribución equitativa, la formación y el desarrollo, la comunicación).

No niego que, desgraciadamente, esto es lo que ocurra en muchas compañías. Sin embargo, esta terminología de halcones y palomas, tan común en la política, no resulta nada útil en la dirección empresarial (me temo que en la política tampoco).

No me gustan nada las palomas. Son “las ratas del aire”. No resultan de ninguna utilidad, son muy sucias, ruidosas y difunden una enormidad de enfermedades. Si bien tienen muy buen marketing (desde Noe en el arca hasta los dibujos de Picasso), son un asco.

Tampoco aprecio a los halcones. Los halcones (todas las aves de presa del género falco: alcotanes, cernícalos, esmerejones, halcones como el peregrino, que son capaces de alcanzar en picada los 400 km/h) son precisos, pero suelen atacar para el amo que mece la cuna (la cetrería, empleada por el hombre hace unos 3.000 años). Detrás de un halcón suele haber una mano no precisamente piadosa.

Los griegos no eligieron como símbolo de la sabiduría a un halcón ni a una paloma, sino a una lechuza. La diosa Palas Atenea, hija de Zeus (la Minerva romana), diosa del saber y de la guerra justa, tenía unos brillantes y resplandecientes ojos, como las pequeñas lechuzas. Una especia callada y observadora, que nos ayuda a no confundir la charlatanería con la sabiduría. En la España de 1585, Juan Pérez de Moya escribía en su Filosofía secreta: «Desechada la corneja de la compañía de Minerva recibió la lechuza o mochuelo, porque esta ave ve de noche, y al sabio, entendido por Minerva, ninguna cosa se le debe esconder por encubierta que parezca; y porque así como esta ave está de día escondida y retraída en lugares oscuros, apartada de la conversación de las otras aves, así el sabio con deseo de la especulación se retrae a lugares solitarios, porque en la familiaridad y frecuencia de la gente no hay quieto reposo para filosofar; y porque el contemplar y considerar tiene más fuerza de noche que de día, y el ánimo muestra en este tiempo más vigor, por esto se denota esto más con estas aves nocturnas que con otras.»

No confundir, como hizo Hegel, la lechuza –Athene noctua, que mide 27 cm., pesa 200 gramos y que sólo raramente grita o charrea– con un búho –Bubo bubo, de 70 cm., hasta tres kilos de peso y cerca de dos metros de envergadura, que ulula con frecuencia–. La lechuza de Minerva está en el logotipo de Revista de Occidente, fundad por don José Ortega y Gasset o en la moneda de un euro emitida por Grecia.

El equivalente a la lechuza, más allá de la falsa dicotomía entre halcones y palomas (que sólo sirve a los crueles y a los cobardes), es el liderazgo versátil, capaz de mandar y de gestionar (la parte “dura” del liderazgo) y también de cohesionar y de hacer participar (la parte “blanda” del liderazgo), además de la parte estratégica: orientar sobre el proyecto, capacitar a los colaboradores y representar las mejores prácticas.

En esta crisis, los halcones acabarán hundiendo a medio plazo sus compañías. Las palomas huirán asustadas. Las lechuzas harán lo correcto: apostar por el Talento, por la Clase Creativa e implantar una estrategia, rentable, eficiente y de futuro.