Palacio de la Magdalena

Tras una breve estancia en el Mediterráneo (en Calafell) y unas semanas en el Atlántico (Lanzarote), hoy he comenzado la transición entre vacaciones y trabajo en el Cantábrico, en Santander, una ciudad ligada a mi familia materna, a mi juventud y, por supuesto, a la educación gracias a los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Por la mañana, he ultimado con Pablo de Castro (Conceptual KLT) y con Ana María Llopis (Ideas4all) cómo vamos a realizar el Laboratorio de Creatividad sobre competencias sociales y cívicas del próximo viernes, dentro del Encuentro Crisis y Creatividad en la UIMP. En los cursos de estos días están Felipe Romera, el gran gurú de los Parques Científicos y Tecnológicos, el físico Cayetano López, sociólogos como Gregorio Rodríguez Cabrero y una larga lista de lo mejorcito de los científicos y artistas nacionales e internacionales. La sociedad del conocimiento no se detiene. Almuerzo con varios miembros de una de las empresas familiares más importantes de nuestro país, muy vinculada a Cantabria, con la que estamos haciendo un maravilloso proyecto de valores y con la que me encanta estar.

Y por la tarde, además de verme con Miguel Ángel Pesquera, Director del Encuentro Crisis y Creatividad de los próximos días, he acudido a una estupenda presentación en la librería Gil a las 20 horas.

Alberto Santamaría, joven poeta cántabro y profesor de filosofía, ha presentado Magdalena, Poesía urbana, de Noemí Trujillo Giacomelli (según la sinopsis de www.bubok.com, se trata de “Poesí­a directa, descarnada, de raí­ces profundas y simbologí­a poderosa, ambientada en la pení­nsula de La Magdalena. Con el hilo argumental de una promesa la autora logra imbuir al lector con facilidad en un universo de tintes personalí­simos al que sin embargo se accede a través de un lenguaje claro y asequible”) y Tacones de Azúcar, de Yolanda Saénz de Tejada, un poemario del que ya he hablado en este blog en alguna ocasión.

Unas 25 personas han acudido a esta presentación en la librería Gil (entre ellos, mis amigos Raúl y Mari Cruz, la pareja formada por Jesús y Yolanda, que no veía desde hace algún tiempo, y muchos otros) y Antonia, una señora que lleva adelante ella solita la TV on line Arte y cultura (90 programas, todos los sábados a las seis). Un ejemplo del valor de la poesía en nuestro tiempo.


De La Magdalena, poesía urbana, me permito mostrar este poema:

ME QUEMO POR TI
Me quemo por ti,
me quemo por dentro.
Mis manos ahuyentan soledades.
Mis piernas tiemblan,
tapadas con tu sombra.
Me llena una ausencia de hambre
y un dulce calor de saliva.
Te llamo y no vienes.
Quedan siete días para volar hacia ti,
siete días más pasando hambre.
Esta ausencia escoge sus ciudades,
tenemos un portal dormido en cada labio
y un modo diferente de andar por los pasillos
con las luces de la noche siempre fatigadas.
No tengas malos sueños
en esta escalera llena de pequeños paréntesis,
toma mi alianza y descansa.
Deja esa pesadez de betún
en tus sueños inacabados,
sobre el humo de las sábanas.
No seas suspicaz conmigo.
Existes mejor donde te quiero.

Después de la presentación, me alojo en el Palacio de la Magdalena, en la primera planta, frente al Mar Cantábrico.

Santander, Poesía y Palacio. ¡Qué mejor manera puede haber de plantearse el comienzo de la nueva temporada!