Metamorfosis

Seguimos con la resaca de la derrota olímpica de ayer en Copenhague. De todos los artículos sobre el tema (hoy he leído mucho, para aprender de lo que ha sucedido y por tanto no convertirlo en un fracaso, sino en un error útil), me quedo con el de Gabriel Masfuroll en Marca: Tristeza pero con orgullo y dignidad. Para el Presidente de USP Hospitales, Río ganó por el mapamundi que presentó con las sedes de los Juegos en toda su historia (y Sudamérica vacía) y por la franja horaria (la misma que EEUU, que posee los derechos de televisión). Comparto plenamente la forma de pensar de mi admirado GM. De otro lado, si uno repasa las siete últimas elecciones (desde Barcelona 92), ¿cómo no darse cuenta de que las rotaciones son implacables? Y no sólo en la decisión, sino en los candidatos. Para el 92, cinco ciudades europeas y sólo una australiana (Brisbane, que no volvió a repetir). Para el 96, las de Atlanta, dos norteamericanas y una australiana (Melbourne), además de tres europeas (Atenas, que tuvo que esperar, y Manchester y Belgrado, que quedaron las últimas). Para el 2000, las de Sydney, compitieron la ciudad de Oceanía y Pekín. Para el 2004, que ganó Atenas, competían además Roma y Estocolmo (Buenos Aires, la única americana, quedó la última). Para las de Pekín 2008, cuatro asiáticas y París. Y para el 2012, la de Londres, cuatro ciudades europeas y Nueva York. En fin, que siempre hay una ciudad extemporánea que “paga el pato”: Brisbane, Buenos Aires, Nueva York y de momento París no han conseguido los Juegos. Pekín y Atenas, ocho años después. Veremos en 2012. Berlín y París se presentarán, Madrid es la única gran capital europea que no lo ha conseguido… pero dentro de año y medio, con lo que nos va a costar salir de la crisis y después de una deuda de 8.000 M €, no sabemos qué ocurrirá.

Anuncio de un grupo de energía. “Nunca perderemos la ilusión. Lo hemos intentado. Hemos puesto toda nuestra energía en conseguir que Madrid 2016 fuera una realidad. Ahora más que nunca es el momento de demostrar nuestro verdadero espíritu olímpico, mantenernos unidos, aplaudir al vencedor y trabajar para mejorar. Eso sí es ganar”. Tres precisiones: no existe el intentar, existe el hacer. Efectivamente, el espíritu olímpico se muestra sabiendo ganar y sabiendo perder; pero perder no es ganar y quien no conoce la diferencia tiene un problema. Y la ilusión necesariamente se pierde, y tal vez se recupere… o no; quienes piensan que no pierden la ilusión es que ya la han perdido.

Ayer, tras salir del cine (Vicky el Vikingo), estuve hablando con Borja Vilaseca, el gran periodista y amigo con el que coincidí en las ondas durante el programa Protagonistas de este fin de semana. Entre varios temas, me abrió los ojos respecto a Metamorfosis, el nuevo blog de La Vanguardia que trata de coaching y escribe Irene Orce. Borja lleva saliendo con ella desde hace cuatro años. Como dice él, “Irene es el amor de mi vida”. Acaba de dejar su trabajo como periodista en La Vanguardia digital y está coordinando el Master en Desarrollo personal y Liderazgo en la Universidad de Barcelona.
Gracias a la indicación de Borja, he tenido la oportunidad de leer las dos primeras entradas del blog (www.lavanguardia.es/blogs/metamorfosis.html) y me han parecido buenísimas. En la primera, La necesidad de cambio, propone el coaching como una herramienta para ayudar a la sociedad en los momentos actuales. “La sociedad en la que vivimos pide a gritos un giro de 180 grados: dejar de centrar la atención en lo que sucede fuera y empezar a escuchar lo que nos pasa adentro. Aunque los seres humanos hemos evolucionado mucho las últimas dos décadas -tecnológicamente hablando-, las estadísticas revelan que la depresión, el estrés y la ansiedad han aumentado exponencialmente en este mismo período de tiempo.” En la segunda entrevista a Enrique Simó, un gran experto en Inteligencia Emocional: ¿Controlas tu mente o tu mente te controla a ti?. Un excelente diálogo del que se puede aprender mucho. Sin duda, voy a incluir Metamorfosis entre mis blogs favoritos. Gracias, Borja, por la indicación.

Por la tarde he leído Alt@ dirección, de mi amiga Alicia Kaufmann, catedrática de sociología de las organizaciones de la Universidad de Alcalá de Henares. Se trata de un análisis sobre el liderazgo femenino no desde donde debería estar, sino desde donde parte, a través de una investigación del CIS en 2008. El prólogo, de Almudena Rodríguez Tarodo (Directora corporativa de Formación y Conocimiento del Grupo Santander) nos predispone muy positivamente: “¿Por qué nos sentimos tan mal cuando no hacemos lo que se espera de nosotras? ¿Por qué pretendemos siempre comportarnos como niñas buenas? ¿Por qué no somos más generosas con nosotras mismas? ¿Por qué somos adictas al mito de la perfección?”
El libro es sumamente interesante, porque nos aporta los condicionamientos que influyen en hombres y mujeres, diferenciados por generaciones. Me ha gustado el planteamiento de la identidad (“el estudio de la identidad es hoy tan estratégico como lo fue en su día la sexualidad”, Erikson). Se nota el esfuerzo formativo de las mujeres directivas: el 70% de las de 30-45 años tiene estudios universitarios (sólo el 23% de los padres y el 15% de las madres). Es el mito de Atenea: “Las mujeres en puestos de responsabilidad que toman como modelo las cualidades del padre (disciplina, esfuerzo y constancia) suelen tener éxito y acceder a la cima de la organización”. El mensaje del padre ha calado un 69% y el de la madre el 20%.
“En una sociedad patriarcal, la mujer se escinde de su naturaleza femenina para ser aceptada”. El síndrome de la niña buena explica por qué las mujeres no se atreven a pedir y salen perjudicadas en las negociaciones salariales. Respecto a los hijos, el 28% de las mujeres se reincorporan antes de finalizar la baja maternal. El 95% nunca se coge la baja paternal. Las mujeres en pareja no llegan al 75%; en los hombres, más del 90%.
Para acceder al primer empleo, el 31% de las mujeres lo consigue por selección abierta y el 56% por recomendación o lazos familiares. El 30% se queda a tomar algo después de la jornada (como los hombres). A las mujeres de 30-45 años lo que más le gusta de su cargo es la creatividad y variedad (47%), autonomía (28%), clima interno (19%), poder (18%) y horario (14%). En los hombres, la creatividad (34%), el poder (27%), la autonomía (22%), el clima (18%) y la seguridad (8%). Un 26% de mujeres menores de 45 años prefiere ser dirigida por hombres, frente al 11% de los varones. Las mujeres llegan arriba por su confiabilidad, y los hombres por su inteligencia.
El libro se completa con un panorama de la Ley de Igualdad y con un capítulo sobre México (una realidad muy similar a la española), escrita por Mónica Gutiérrez, directora de comunicación de AECOP.

Alt@ dirección es una obra muy valiosa para comprender qué está pasando en términos de género. Gracias, Alicia, por ponerla a nuestra disposición.