Chávez y la corrupción

Estupenda jornada hoy con los profesionales de Financiera y Minera. Esta compañía, del grupo Italcementi (uno de los cinco mayores grupos mundiales del sector), es sin duda uno de los ganadores de estos momentos de incertidumbre. Ha tenido que hacer el esfuerzo de tener que prescindir de algunos de sus empleados; sin embargo, está lanzando iniciativas estratégicas de desarrollo que están fortaleciendo la organización. Hoy hemos trabajado juntos la confianza, la detección y desarrollo del talento, la excelencia en la calidad de servicio y la necesidad de ser innovadores. Después hemos comido juntos (en el despacho de Fabrizio, el Director General): una demostración de una empresa sana, con mucha energía y gran voluntad para mejorar las cosas. Gracias, May, por esta sesión en la que he disfrutado tanto contigo y con tu gente.

En la revista cultural de La Vanguardia, el escritor y profesor de literatura contemporánea Jorge Carrión nos presenta Deconstructing Chávez. Sinopsis: “Es el primer icono pop de Venezuela, un líder con dimensión mediática universal. Analizamos su retórica”. Jorge Carrión, en su análisis de la naturaleza retórica e iconográfica del personaje, repasa su voz (“es de locutor de radio, de galán de telnovelas, de showman”; un improvisador que domina el “story-telling”) y su cuerpo (“en el país de los salones de belleza, de las operaciones de cirugía estética, las misses y las telenovelas, no es descabellado afirmar que lo visual tiene más importancia que lo discursivo”; Chávez es un sujeto mediático”).

Jorge Carrión nos ofrece una “bibliografía chaviana esencial”: El diario, del Che Guevara; Discursos, de Simón Bolívar; El Quijote; Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos; El general en su laberinto y Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; El oráculo del guerrero, de Lucas Estrella; Canto general, de Pablo Neruda; Los miserables, de Víctor Hugo; Hegemonía o supervivencia, de Noam Chomsky o Las venas de América Latina, de Eduardo Galeano.

Sobre el chavismo hay más de un millar de títulos. Entre ellos, El enigma de los Chávez; Fidel’s heir. The influence of Hugo Chávez, de John Lee Anderson; Habla el comandante, de Blanco Muñoz; El divino Bolívar, de Elías Pino Iturrieta; El libro rojo del resentimiento, de Ruth Carriles…

Sería gracioso y hasta divertido si no fuera por la falta de libertades que sufre Venezuela. Se trata de un país maravilloso que sufre carencias incomprensibles y en estos momentos Hugo Chávez se plantea la guerra con Colombia. Terrible.

En el mismo suplemento de La Vanguardia, Alberto Barrera Tyszka (escritor de telenovelas y coautor de la biografía Hugo Chávez sin uniforme. Una historia personal) concluye: “Aunque desee colarse en el firmamento de las leyendas revolucionarias del continente, en realidad la épica de Chávez está en otro lado. Tiene más de show televisivo que de guerra de guerrillas. Aunque no le guste, Chávez está más cerca de la escritora de telenovelas Delia Fiallo que del Che Guevara. “Amor con amor se paga”, sigue siendo su lema más eficaz. Igual que en la telenovela, eso lo que mejor administra: la esperanza de los pobres”.

Y la corrupción, que al parecer acabó con el Imperio Romano y con la España del siglo de oro, “es como un cáncer que avanza imparable si no se toman las medidas para detenerlo” escriben hoy en El País Jesús Lizcano, Antonio Garriguez Walker, Jesús Sánchez Lambas y Manuel Villoria (Comité de Dirección de Transparencia Internacional España) en La cuarta página de El País. “En España, la opacidad con la que actúan los Gobiernos es casi propia de países con democracias fallidas”. Pero además, “los mecanismos de control sobre la actividad de los partidos políticos y sobre su financiación son manifiestamente mejorables, como ya advirtió hace tiempo el propio Tribunal de Cuentas”. Desde Transparencia Internacional proponen:
1. Un reforzamiento de los mecanismos preventivos.
2. Un reforzamiento de los mecanismos de mérito e igualdad en el acceso y carrera dentro de la Administración y una evaluación objetiva del rendimiento de nuestras Administraciones y empleados públicos.
3. Una mejora en los mecanismos de transparencia en la Administración.
4. Una simplificación de las normas y procedimientos, permitiendo a los ciudadanos resolver sus asuntos con la Administración de forma más ágil.
5. Hay que modernizar y agilizar una justicia decimonónica.
6. Una mejora de la Ley de Financiación de los partidos.
7. Una preocupación mayor por dar formación e información a la ciudadanía sobre los enormes daños que causa a un país la corrupción.
8. Una mejora de los mecanismos de corrupción con protección a los denunciantes.
9. Un reforzamiento de los mecanismos que permitan recuperar el dinero robado y dificultar el blanqueo del mismo.
10. Una demostración por parte de los partidos políticos de que están verdaderamente dispuestos a combatir la corrupción.

Los autores hacen “una llamada a una respuesta contundente y efectiva de la sociedad civil contra la corrupción, una sociedad que no puede resignarse a esta degradación moral y que exige urgentemente de nuestros representantes una respuesta consensuada y efectiva contra esta lacra social.” Un servidor se apunta decididamente y esta misma noche le ha mandado un e-mail a Brenda Shannon para formar parte de Transparencia Internacional. Tenemos que movilizarnos para acabar con este cáncer.