Novelar la realidad

Y colorín colorado, el invierno se ha acabado. El cambio de hora de esta madrugada da por finalizado en la practica el periodo de los fríos y nos adentra, con una hora más de sol, en la época primaveral.

He estado leyendo Multimillonarios por accidente, la historia novelada del nacimiento de Facebook, escrita por el bostoniano Ben Mezrich. Ben es también autor de Bringing down the house, el relato del equipo de blackjack del MIT que se convirtió en el film 21: Blackjack, protagonizado por Kevin Spacey. Multimillonarios por accidente nos explica que Facebook nació en Harvard gracias a un genio de la informática, Mark Zuckerberg, y un emprendedor de origen brasileño, Eduardo Saverin, que básicamente querían ligar con las chicas del campus. El autor ha realizado decenas de entrevistas y recrea lo que pasó entre octubre de 2003 y junio de 2005. Hoy los usuarios de Facebook somos más de 400 millones y Mark Zuckerberg es el más joven en alcanzar la lista de los “billionaires” (más de 1.000 M $) partiendo de la nada.

Novelar la realidad se está convirtiendo en el género por excelencia. Ahí está el caso de El factor humano, el libro de John Carlin convertido en película (Invictus). O de Green Zone, la película de Paul Greengrass que he visto hoy, basada en la novela de Rajiv Chandrasekaran, La vida imperial en la ciudad esmeralda (el relato de las mentiras que provocaron la guerra de Irak: las “armas de destrucción masiva” como excusa para hacer un gran negocio). Vivimos en un mundo en el que la realidad supera la ficción. En esta “sociedad del espectáculo”, hay historias a nuestro alrededor que, debidamente contadas (storytelling), nos enseñan mucho. Kirmen Uribe nos cuenta en su maravilloso Bilbao-Nueva York-Bilbao (otra novela sobre gente real) lo siguiente: “El verano pasado leí en la prensa una entrevista que le hicieron a la actriz Meryl Streep. Vino al festival de cine de San Sebastián y los de la prensa le plantearon la siguiente cuestión. ¿Cuál sería la mejor pregunta que podríamos hacerle y cuál su respuesta? Meryl Streep respondió lo siguiente sin pensárselo dos veces: ‘¿Hoy en día sirve para algo la ficción?’ Ésa era la pregunta que le importaba. Y su respuesta fue ésta: ‘Si cuenta cosas verdaderas, sí’.”

De la prensa de hoy, el Córner inglés de John Carlin, que trata sobre Guardiola, Wenger y el complejo de Edipo. En apenas tres días se verán las caras en la Champions el entrenador del Barcça y su “hijo” futbolístico (21 años mayor) Arséne Wenger, “coach” del Arsenal. Y Cesc Fábregas, uno de los cinco mejores jugadores de la Premier, con su “padre” Xavi Hernández, indiscutible en La Roja. “Barcelona y Arsenal están comprometidos con la idea de que el fútbol existe para dar placer a las multitudes”. ¿Matará Edipo a su padre, Layo, para desposar a su madre (la Champions)? Como escribe John, “será difícil que el pretendiente inglés venza al rey de Europa”. Estoy con mi admirado Carlin: es una final anticipada, porque “el fútbol del Barça y el del Arsenal es de todos. Incluso, si lo quieren, de la dolida afición del Chelsea y del Real Madrid”. Amén.

También en El País, un artículo de Carmen Pérez-Lanzac, Sea corriente y batirá récords de audiencia, sobre este fenómeno televisivo de sacar las cámaras a la calle y que la gente normal cuente cosas: Españoles por el mundo (y sus variantes autonómicas), Callejeros, Vidas anónimas, Comando actualidad, etc. El comunicólogo Antoni González-Rubí explica este Éxito de la realidad desde cuatro claves: la pantalla como ventana (voyeur: observar y mirar sin ser mirados), la realidad supera la ficción (hiperrealismo sin decodificación periodísitica), la sociedad transparente (fusión de los espacios públicos y privados) y protagonistas sin actuar (identificación con la propuesta audiovisual). Me encanta cómo lo explica Antoni. Sin embargo, un servidor prefiere aprender de los mejores (admiración) que alimentar su amigo viendo a alguien similar (o menos feliz) en pantalla.

“Querer aprender, la demanda de conocimientos, se halla en el centro del nuevo consumo”, explica Vicente Verdú en este artículo. Cierto. Pero entiendo que debemos aprender de quienes lo merecen. Por ejemplo, del doctor Gregorio Marañón, que falleció hace 50 años y a quien Juan Pablo Fusi le dedica un sentido homenaje. Su obra, “intimidante”: 125 libros, 250 prólogos, 1.800 artículos…Su pensamiento, liberal. Su responsabilidad, asumir la disidencia en el interior de España. “Hombre discreto y delicado, Marañón fue una clave española”. Su entierro, nos recuerda Fusi, fue el más multitudinario de los celebrados en la capital española en todo el siglo XX. ¿No deberíamos aprender más del Dr. Marañón?

De la prensa económica, me quedo con el titánico esfuerzo de Paz Álvarez en el suplemento Empleo y Directivos de Cinco Días (escribe dos páginas sobre formación on-line, entrevista al DG de Nespresso, comenta tres libros). Muchas gracias, Paz, por tan extraordinaria labor. Tus lectores la necesitamos.
Y me quedo con el trabajo en equipo de Expansión & Empleo. Ángela Méndez escribe sobre Cómo cotizar en el mercado del talento (con la tecnología, los métodos de selección son supuestamente más abiertos y proactivos); Montse Mateos sobre los ‘Business games’ de Cisco, Henkel, KPMG, L’Oréal y PcW; Beatriz Elías, sobre los inconvenientes del teletrabajo; Alberto Córdoba (DBM), un "Cine de Gestión" sobre An Education; José Manuel Casado (2C Casado Consulting) sobre Valor Corporativo y de Mercado, Quique Rodríguez sobre E-learning y Pilar Cambra: ¿Qué te voy a decir? “El alegre carro de la libertad necesita del auriga de la prudencia”.

Mañana lunes participaré en el Encuentro digital en El País, de 12 a 13 horas, sobre Liderazgo Guardiola. Para seguirlo, entrad en la wed de El País. Espero que podamos dialogar on-line entonces.