Reinventarse

Segunda jornada del Challenge 2010 en los Parques Naturales de Utah. Sorprende y emociona comprobar la absoluta limpieza de estos parques, el grado de civismo (el silencio es absoluto) y la autonomía (no hay “oficialidad” que tenga que amenazar o dar miedo).

Ayer, en el autocar, mi gran amigo Mario Alonso Puig me regaló su último libro, Reinventarse. Tu segunda oportunidad, que próximamente saldrá al mercado. 19 capítulos con un capítulo en el que MAP se refiere a la ansiedad (“La ansiedad es un estado de inquietud curioso porque empezamos a sufrir por algo que ni siquiera sabemos con certeza que se va a manifestar en el futuro”) y cita a Descartes: “Mi vida estuvo llena de desagracias, muchas de las cuales jamás sucedieron”.
Mario nos invita como lectores a caminar juntos en un proceso de autodescubrimiento en el que se abre ante nosotros un espacio sorprendente y mágico, porque “nuestra naturaleza fundamental es fuente de Energía, Sabiduría, Serenidad, Alegría, Creatividad y Amor”.
Para reinventarse, una mente abierta. Como el software mental se fabrica fundamentalmente a través de experiencias, éstos son los puntos de referencia del cerebro para operar en el futuro. Inevitable que el Dr. Alonso Puig se refiera a su maestro Ramón y Cajal: todo ser humano puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro. Debemos enfocarnos hacia lo que queremos, analizar nuestras creencias limitantes, conseguir que interactúen nuestros hemisferios cerebrales (que son dos mentes en realidad), contar con el coraje necesario para adentrarnos en el espacio que no se ve, confiar en nosotros mismos (“el mejor regalo que puede hacernos un amigo es poner frente a nosotros un espejo que refleje una noble imagen de nosotros mismos”, Ralph Waldo Emerson), enfocar adecuadamente nuestra atención, provocar la “insatisfacción inspiradora” (precioso concepto), alimentar la consciencia (“Si no sustituimos nuestras reacciones automáticas por respuestas elegidas, no ponemos sostener que tenemos nuestra verdadera libertad interior”), hacernos preguntas que sanan y no que enferman, utilizar apropiadamente el lenguaje (que tiene un enorme poder: palabras para ayudar, no para anular), cuidar la respiración, ser firmes pero no duros, aprender a perdonarnos, buscar maestros (aceptación y agradecimiento), ir de la oscuridad a la luz (“Cuando trabajamos para actuar en base no a nuestras emociones sino a nuestras elecciones, es cuando actuamos en libertad”), volver a casa (“El silencio no es la ausencia de sonido sino de ruido”), vivir, como los místicos, la “noche oscura del alma” (conectar nuestras dimensiones cognitiva, emocional, corporal y espiritual) para la transformación. Reinventarse es una vida nueva.
Un gran libro este Reinventarse de Mario Alonso Puig. Una guía muy práctica para ser mejores en estos tiempos difíciles.

Esta mañana nos hemos despertado a las 6.30 horas y hemos dado “feedback”, equipo por equipo, de 7.30 a 8.30. Me ha encantado el enorme respeto de los equipos ante nuestros comentarios (de Carlos Ongallo y de los chamanes) sobre los puntos fuertes y oportunidades de mejora. Personas con una enorme calidad están asumiendo que este Challenge es una oportunidad única de desarrollo.
A las 8.30, en autocar hacia la primera prueba del día, La leyenda del dead horse. Es la parte más competitiva del Challenge. El Dead Horse Canyon recibe su nombre de un desfiladero espectacular donde los caballos, sedientos, se lanzaban hacia el río Colorado. Nos hemos hecho unas fotos preciosas con todos los participantes. Es curioso porque esta zona de Estados Unidos está presente en numerosas películas, desde La diligencia de John Ford hasta Dos hombres y un destino, Thelma y Louise o Misión Imposible 2.
Los equipos se han “retado” dos a dos y han realizado tres actividades cada uno: Metamorfosis, Nuevos guerreros, El camino del chamán y La aventura del desfiladero, que han servido para analizar y desarrollar su capacidad de organización, rapidez de reflejos, reacción ante el resto de miembros del equipo, Estrategia, Flexibilidad, Liderazgo, esfuerzo y sacrificio, flexibilidad y estado físico.
Tras las pruebas, hemos comido en el bello paraje del Dead Horse Canyon. Regreso al hotel y descanso hasta las 6 de la tarde. A esa hora, Mario Alonso Puig nos ha dado una preciosa conferencia sobre el valor del silencio, de la serenidad y de la automotivación, que nos ha encantado.
A las 7, salida en los autocares hacia el Valle del Silencio en Arches. Empezaba a oscurecer y cada uno de nosotros (los 65) hemos estado aislados observando en silencio durante una hora. Ha sido un momento mágico, de una intensa reflexión personal.