El Poder que lo conecta todo

Sábado frío, desapacible y lluvioso propio del verano. Zoe ha ido con su amiga Emma a Kinépolis (es la 7ª ocasión en la que mi hija va a la ciudad de los niños). Mi amigo Miguel Ángel me ha enseñado que en la semana de la concesión de los premios Príncipe de Asturias en el escaparate de la librería Cervantes de Oviedo destacaba el libro El Mundial de La Roja, algo de lo que un servidor se siente muy orgulloso. Hemos estado en la FNAC de Plaza Norte y ese libro y Liderazgo Guardiola estaban entre los destacados. Un honor.

En el suplemento Empleo y Directivos de Cinco Días, el artículo de Paz Álvarez ¿He fracasado? No importa. Ejecutivos y empresario cuentan cómo salieron de su propia crisis y recuperaron el esplendor. El lenguaje es importante; por ello, deberíamos definir el error como aquello de lo que podemos aprender y el fracaso como lo que no nos permite aprender y salir adelante. Mejor nos iría a todos. Paz entrevista al arquitecto Carlos Lamela, que la semana pasada inauguró estudio en Brasil. Alfonso Simón se hace eco del Global Education Forum que organizó el SEK: “Los pasillos de nuestros colegios son túneles del tiempo” (Bernardo Hernández, Google), “La tecnología y la educación hoy no se entienden” (Fernando Rodríguez, Operación Éxito). Gonzalo Martínez de Miguel (Infova) opina sobre La ambición de los directivos, que debería ser similar a la de los deportistas de élite. Y Julián Díez comenta el trabajo de tres investigadores de la Universidad de Catania, en Sicilia (Garofalo, Pluchino y Rapisarda), que han realizado simulaciones informáticas para probar el “principio de Peter”: “Un método meritocrático simple que promueve a los mejores al siguiente nivel de mando no da bueno resultados en las empresas. Te arriesgas a elevar a un excelente empleado a un rol nuevo, donde es posible que se requieran distintas cualidades y no rinda, mientras que se ocupa su antigua posición con otra persona que quizá tampoco lo haga tan bien. Se corre el riesgo de una pérdida doble”. El trabajo ha recibido el Ig Nóbel de la Universidad de Harvard. Alfonso titula su articulo Por qué ascender por sorteo sería mejor que escoger por méritos. En realidad, no es así. La meritocracia “simple” (promover al que lo hace bien) no es verdadera meritocracia. Una empresa meritocrática promueve por el desempeño y por el verdadero potencial (concordancia con el perfil del nuevo puesto). El principio de Peter ocurre en las empresas unidimensionales (arriba o fuera), no en las gestionadas profesionalmente (que por desgracia son una minoría).

En Expansión & Empleo, Tino Fernández nos habla de Cuánto cuestan los consejos (a 168.221 euros por consejero) y de Las ventajas de ir de copas con el jefe (deberíamos fomentar la gestión del desempeño y no el ‘presentismo’ y el trato de favor. Montse Mateos escribe sobre el Adiós a la burocracia: “Hay que traducir la estrategia, la visión y los objetivos en un propósito del empleado”. “Se necesita un liderazgo más efectivo” (Jon Katzenbach). Ángela Méndez nos propone tres libros sobre Liderazgo: Quien lidera confía, de Gasalla y Leila; El modo de pensar de los directivos, de Iñaki de Miguel y Gonzalo Martínez y El líder que no tenía cargo, de Robin Sharma. Las bodas de plata de nuestro amigo Plácido Fajardo como licenciado en Derecho por la Universidad de Granada (felicidades, Plácido) y el mapa de los estudios de posgrado (116 en total, y eso que echo a faltar la EBS de Extremadura).

Mi agradecimiento de hoy a Paz y a su equipo en Cinco Días, a Tino, Montse, Ángela, Quique y el resto del equipo en E&E, que realizan una labor divulgativa estupenda y enormemente útil cada fin de semana. Lo necesitamos.

He estado leyendo El Poder, el último libro de Rhonda Byrne (autora de El Secreto). Si en su anterior best seller (el vídeo era mejor que el libro) se basaba en los principales exponentes del llamado “nuevo pensamiento”, en éste utiliza citas clásicas para exponer el poder del Amor, que es el que otorga magia a la vida.

“El amor es un elemento que, aunque invisible, es tan real como el aire o el agua. Es una fuerza actuante, viva, que se mueve…, se mueve en ondas y corrientes como las del océano”, Prentice Mulford (1834-1891). El amor es la fuerza positiva de la vida. “Sin amor nuestra Tierra es una tumba”, Robert Browning (1812-1889). Como decía Pierre Teilhard de Chardin, la fuerza más poderosa y la más desconocida de este mundo. “No sé si la humanidad sigue conscientemente la ley del amor. Pero eso no me importa. La ley actuará igual que la ley de la gravedad actúa tanto si la aceptamos como si no”, señaló Gandhi. Porque “el amor es el cumplimiento de la ley” (Pablo de Tarso).

“El secreto esta en sentir”, Neville Goddard (1905-1972). Cuanto mejor te sientes, mejor se vuelve tu vida. Círculo virtuoso o círculo vicioso. En palabras de Goddard: “Cambiar de sentimiento es cambiar de destino”. “Si quieres descubrir los secretos del Universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”, Nikola Testa (1856-1943).

“El mundo es un lienzo para nuestras imaginaciones”, Henry David Thoreau (1817-1862). Sentir es crear. El libro recoge una de mis frases favoritas de Shakespeare: “Nuestras dudas son traidoras, porque nos hacen perder aquello que pudimos ganar, por miedo a intentarlo”. Y otra célebre de Martha Washington, esposa del primer presidente de EE UU: “Sigo con la determinación de estar alegre y feliz, cualquiera que sean las circunstancias; pues también he aprendido por propia experiencia que la mayor parte de nuestra felicidad o desgracia depende de nuestra predisposición, no de nuestras circunstancias”. Como había dicho Lao Tse en el siglo VI a.C.: “Responde con inteligencia incluso a un trato necio”.

“El destino no es cuestión de suerte. Es fruto de una elección”, William Jennings Bryan (1860-1925). Las personas que más aman realmente, cuanto más dan, más poseen (como decía el poeta Rilke). En el santuario Toshogu de Japón (siglo XVII) figura la máxima “No veas el mal, no oigas el mal, no hables del mal”. En la vida las cosas se nos presentan para que elijamos.

Las llaves del poder: la llave del Amor: “El amor es la llave que abre las puertas de la felicidad”, Oliver Wendell Holmes (1809-1894); la llave de la gratitud: “Aunque tu única oración en toda tu vida sea ‘gracias’, con eso basta”, Maestro Eckhart (1260-1328), “La gratitud es una vacuna, una antitoxina y un antiséptico”, John Henry Jowett; la llave del juego: “A través de los niños es de quienes mejor podemos entender y aprender la ley del amor”, Mahatma Gandhi (1869-1948).

“No se trata de cuánto damos, sino de cuánto amor invertimos en dar”, Teresa de Calcuta (1910-1997). “El éxito no es la llave de la felicidad. La felicidad es la llave del éxito”, Albert Schweitzer (1875-1965). “Cuando eres bondadoso, nutres tu propia alma; cuando eres cruel, la destruyes”, Rey Salomón (siglo X a.C.). “La felicidad depende de nosotros”, Aristóteles (384-322 a.C.).

El Amor es el Poder que lo conecta todo. “Si algo externo te aflige, el sufrimiento no se debe a la situación en sí misma, sino a tu valoración de ella; y eso tienes el poder de cambiarlo en cualquier momento”, Marco Aurelio (121-180). El Amor nos da poder, nos da felicidad, nos da salud. “El Amor, Amor atrae”, Teresa de Jesús (1515-1582). La Belleza procede del Amor. El amor está detrás de todos los milagros.

“Lo que importa realmente no es si sigues o no sigues, sino si vas a disfrutar de tu camino”, Robert Thurman (1941). No cabe duda de que el amor es el gran poder del universo.

Un libro inspirador. Seguro que Rhonda Byrne lo convertirá en un best seller.