Jornada entre Madrid (a primera hora, en temas de coaching deportivo y consultoría comercial, la nueva actividad de Eurotalent que ha irrumpido con fuerza) y Barcelona (presentación de propuestas a la dirección de RRHH de una multinacional muy innovadora y competitiva, que desea desarrollar a sus directivos con alto potencial).
Ferrán Adriá, el cocinero más influyente de la década, presentó en Madrid Fusión su proyecto para El Bulli a partir de 2014: una fundación privada, Libertad para crear.
Su proyecto, El Bulli Foundation, pretende crear "talento, creatividad y riqueza", en un espacio creativo e innovador en el que se divulguen conocimiento, avances y logros de la alta cocina en tiempo real a través de las nuevas tecnologías.
Incluirá un "ideario" en el que pensar con libertad, un amplísimo archivo físico y digital, una sala de brainstorming, etc. La inversión anual privada será de 600.000 a 800.000 euros.
según Adrià, "el formato de El Bulli realmente falalba, no funcionaba, era demasiado previsible y necesitábamos un nuevo estímulo". Cuenta con centenares de peticiones de patrocinadores. Y aclaro: "Nunca he dicho pierda dinero, sino que nos cuesta dinero".
Admiro mucho la figura de Ferrán Adrià, elegido cuatro años consecutivos el mejor cocinero del mundo. Su forma de conceptualizar, de documentar su creatividad, es impresionante. Ahora bien, el modelo de negocio de El Bulli (dado el escaso número de comensales, un único turno, la sofisticación que no es precisamente barata en términos de coste y la abundancia de profesionales) no podía sostenerse. Por tanto, ha preferido pasarse al guruato. Me parece bien.
Una Fundación privada sin ánimo de lucro es un magnífico legado. Enhorabuena.