Cuando la Alta Dirección se desarrolla

Esta mañana, a las siete menos cuarto, Tomás me ha recogido en casa para ir al Parador de Gredos. He tenido el honor de ser el profesor del cierre del Programa de Alta Dirección (PAD) de la EBS. Un programa que se ha consolidado en estos últimos cinco años como uno de los mejores de nuestro país.

Hemos estado trabajando, aprendiendo juntos, lo que significa realmente el Talento en esta nueva era que se abre ante nosotros. Cómo definir apropiadamente el Talento, cómo atraerlo y desarrollarlo, así como la importancia del compromiso desde una estrategia ganadora (un proyecto sanamente ambicioso, ilusionante, que nos anime a fluir) y desde la credibilidad de quienes dirigen la nave, la eficiencia desde el orgullo de pertenencia y la excelencia a partir de la difusión de las mejores prácticas.

Es muy importante que la Alta Dirección se desarrolle mediante programas como éste. Es el verdadero sello de la humildad. Cada vez me cuesta más creer a los directivos que hablan de liderazgo, esfuerzo, trabajo en equipo, calidad… y no aplican lo que predican, porque no han hecho un buen curso de formación en los últimos años, porque no leen libros de dirección y liderazgo, porque no están al día de lo que está pasando. La complacencia y la arrogancia se advierten en los comportamientos, no en los discursos.

Por ello me parece una excelente noticia que un PAD como éste tenga suficientes alumnos en cantidad, que además están entusiasmados (no vale otra palabra) con hacerlo y con la calidad de mis colegas profesores a lo largo de todo el programa y que hayan generado “red” entre ellas y ellos de manera que sigan aprendiendo juntos. Me siento muy agradecido a EBS (el maestro Carlos Ongallo, su equipazo con Raúl e Israel al frente, todas las personas que formamos parte de la maravillosa “tribu” de la Extremadura Business School, una Escuela de Negocios del siglo XXI) por la labor que lleva a cabo.

Sí, son oasis en el desierto de la ignorancia, de la soberbia, de la confrontación y la excusa. Pero son los oasis en los que merece la pena vivir.

Después de la “clase” (en realidad, una “masterclass”, porque todos los alumnos cuentan con las vivencias, la experiencia, la actitud y la capacidad de reflexión como para no recibir pasivamente conocimientos, sino para aportar desde la innovación y la creación de valor compartidos), hemos comido juntos en el Parador. Sopa castellana con verduras, cochinillo, macedonia de frutas. ¡Qué bien se come en nuestros paradores! Y cómo hemos disfrutado de una magnífica conversación…

Y vuelta a Madrid. Mi buen amigo Miguel Ángel me ha puesto sobre la pista de un artículo del último número de Harvard Business Review, sobre equipos: “La nueva Ciencia de la Construcción de Grandes Equipos”, de Álex “Sandy” Pentland. En el MIT han descubierto las claves de los equipos ganadores. Los equipos ganadores comparten cinco características:

- Todos en el equipo hablan y escuchan casi por igual, manteniendo conversaciones cortas y positivas.

- Los miembros del equipo se ven cara a cara, y utilizan la energía en sus conversaciones a través de los gestos.

- Los miembros del equipo conectan entre ellos y no sólo con el líder.

- Los integrantes del equipo refuerzan las conversaciones en el seno del equipo.

- Los miembros del equipo periódicamente exploran fuera del propio equipo y llevan esa información en el seno de éste. El talento individual y lo raciones contribuyen al éxito del equipo menos de lo que se pensaba. La mejor manera de construir un gran equipo no es seleccionar a los mejores sino fijarse en cómo comunican de modo que guiemos al equipo para que siga pautas de comunicación de éxito.

Interesante. Dime cómo se comunica en tu equipo y te diré si funciona o no. La comunicación depende, siguiendo esta investigación, de la Energía, del Enganche (Engagement: implicación) y de la Exploración (buscar más allá). El 35% de la eficacia o no de un equipo tiene que ver con las conversaciones cara a cara entre sus integrantes. Para aplicar lo que hemos aprendido: Visualización (imaginar el futuro que nos gustaría); Formación (especialmente en comunicación) y Ajustar el desempeño del equipo (cuándo, cómo se reúne). Forjar un Equipo es una Ciencia, además de un arte.

Muchas gracias, Miguel Ángel, por compartir generosamente un artículo tan estupendo.

Y hablando de tu Formación, Desarrollo y Coaching, me ha llegado la noticia de que el Dr. Roberto Luna es el nuevo presidente nacional de AECOP. Enhorabuena, querido “Bob Moon”. Y el agradecimiento a Manuel Seijo, nuevo presidente de honor (junto con Carlos Herreros y un servidor) de la asociación de coaching. Seguro que con Roberto Luna AECOP seguirá sirviendo a los intereses de los coaches y sus pupilos en España.