México: Agenda 2012-2018


Disfruté mucho ayer del desayuno de trabajo en la sede de Amedirh con una veintena de grandes profesionales mexicanos de los RR HH, ejecutivos de Coca-Cola, General Motors, Liverpool, Merck, Sharp & Dohme, Movistar, Pemex, Pepsico, etc. Mi agradecimiento a todos ellos, y por supuesto al equipo de Amedirh que, como dicen en México “me han sacado tarjeta” (me han fichado) para este maravilloso país. Desde el DG, el licenciado Pedro Borda, al último “fichaje”, Óscar, pasando por Alonso, Gloria, Lía, María y todos los demás, son el mejor ejemplo que conozco de cómo potenciar el talento desde la Asociación profesional de referencia. La primera semana de septiembre organizar el Congreso anual con más de 5.300 participantes.

Para seguir aprendiendo, he estado leyendo Una agenda para México 2012, del periodista y analista político Héctor Aguilar Camín y el profesor y articulista Jorge G. Castañeda. Se trata de “pensar el presente de México como una oportunidad para el futuro”. Se centran en lo que llaman “cinco direcciones”:
1. Inversión pública. Un plan explícito de infraestructuras para conectar las regiones entre sí y con el resto del mundo. Para ello, los estados deben generar recaudación adicional.
2. Permitir la inversión privada minoritaria en Pemex.
3. Reestructuración del aparato de seguridad del gobierno, con la creación de un Ministerio del Interior y un mando civil para las Fuerzas Armadas.
4. Dos cambios educativos de relevancia: la jornada completa escolar y un ordenador para cada niño (15 M en total). La educación es la “catástrofe silenciosa”, la última en la OCDE. Las escuelas mexicanas son de 4’5 horas de clase al día, con 200 días educativos al año. Y maestros sindicalizados sin evaluación, además de directores a los que no se puede despedir. Educar es evaluar. Además, combinar educación pública y privada en la superior. 
5. Reforma fiscal y aumento de los recursos del estado, para realizar una política social digna de tal nombre. La presión fiscal en México es del 12%, la más baja de la OCDE; en los países desarrollados supera el 40%. Con una recaudación importante se puede afrontar un proyecto de Seguridad Social necesario, el piso de un Estado del Bienestar moderno.


A partir de 2012, según este libro, el país debe asumir cuatro decisiones estratégicas: a) Asumir los cambios que requiere la economía para crecer; b) Decidir el lugar que quiere ocupar en el mundo; c) Universalizar los derechos sociales necesarios para construir una sociedad equitativa; d) Hacer productiva su democracia mediantes reformas políticas que propicien un gobierno de mayoría capaz de emprender los cambios necesarios.
Y para ello, proponen reducir los monopolios públicos y los oligopolios privados (“Las redes sindicales del Estado son bastiones de atraso político por su falta de democracia interna y por su relación clientelar con las autoridades”) y abrirse al mundo (hacia el Norte –EE UU-, hacia el resto de Iberoamérica, hacia adentro).   

Aguilar y Castañeda citan una bella frase de F. Scott Fitzgerald en El Gran Gatsby: “Y así vamos, naves contra la corriente, atraídos sin cesar hacia el pasado”, para evidenciar que México pudiera estar preso de su historia. Debe contar con identidad y propósito, proyecto creíble y rumbo deseable (ilusionante, me atrevería a añadir): música de futuro.
Con la escasa información de que dispongo, me parece una agenda interesante, no sólo para México, sino para cualquier país que desee crecer con sentido.

En el Talentismo, la apuesta por la educación, por las infraestructuras, por una recaudación fiscal que sirva de verdad para el Estado del Bienestar (sanidad, justicia, educación) y no para despilfarros burocráticos, por la equidad, por la apertura al exterior, parece el camino más razonable. El de los recortes (la mal llamada “austeridad”) sin proyecto, el de la educación precaria, el de la evasión fiscal, el de la desigualdad en suma, es un suicidio a medio plazo.

Como comenté en el desayuno de trabajo de ayer, si Estados Unidos no se desvincula del capitalismo salvaje y si Europa no se federa de verdad, tienen un futuro muy negro. El futuro, en esta nueva época, es (citando a Jim O’Neill y su Mapa del crecimiento) de los BRIC (Brasil, Rusia, India, China) y de los “next eleven” (próximos 11). Son Bangladesh, Egipto, Filipinas, Indonesia, Irán, Corea del Sur, México, Nigeria, Paquistán, Turquía y Vietnam. 9 países asiáticos, dos africanos (Egipto, Nigeria), dos europeos (Rusia, Turquía) y sí, dos iberoamericanos (Brasil y México). Sólo en uno de ellos la lengua oficial es el español.