Esta semana “de puente aéreo” (la primera
mitad, en Madrid, con el Grupo ONCE; la segunda, en Barcelona) comienza con una
propuesta, semipresentada en videoconferencia, para el gobierno de Ecuador. Me
gustaría que nos fuéramos acostumbrando a pensar y trabajar con un modelo de
mercado “iberoamericano”, con la lengua como bandera, como han hecho durante
décadas los anglosajones (Gran Bretaña y Estados Unidos, principalmente) con la
Commonwealth. Los consultores británicos y estadounidenses se sienten más que
cómodos en proyectos en la India, Sudáfrica o Singapur. Nosotr@s hemos de
sentirnos igual en México, Ecuador, Colombia, Perú o Chile (y, por qué no
decirlo, Portugal, Brasil o Angola).
Los 25 libros son:
- La era de la sinrazón (1989),
de Charles Handy.
- Empresas que sobreviven
(1994), de Collins y Porras
- Compitiendo por el futuro
(1996), de Gary Hamel y C.K. Prahalad
- Estrategia competitiva
(1980), de Michael Porter
- Inteligencia Emocional
(1995), de Daniel Goleman
- La empresa E-myth (1985), de
Michael Gerber
- Drucker esencial (2001), de
Peter Drucker
- La quinta disciplina (1990),
de Peter Senge
Como escribió Roger, “sin el queso, casi
sería perfecta”. Estoy muy de acuerdo. Efectivamente sobran, en mi modesta
opinión, el librito del queso, La empresa
E-myth, La meta, Marketing de guerrilla y Las claves de Seis Sigma. Y faltan (se les echa mucho de menos) Tom
Peters y Robert Waterman por En busca de
la excelencia, Ridderstrale y Nordstrom por Funky Business, Rosabeth Moss Kanter por Los maestros del cambio, Daniel Pink por Una nueva mente y Alexander Osterwalder e Yves Pigneur por Generación de modelos de negocio (si el
listado quiere incluir libros de este siglo).
En fin, nadie es perfecto. Ni la revista
TIME. Ahora bien, es imprescindible leer a estos autores (y a Víktor Frankl,
Marco Aurelio y Gracián) para dirigir una empresa –y no digo para asesorar a
quienes la dirigen-.
Y también a los influyentes españoles para
la empresa, qué caramba: José Antonio Marina, Santiago Álvarez de Mon, Javier Fernández
Aguado, Mario Alonso Puig, Pilar Jericó. Un quinteto imprescindible, más allá
de las modas pasajeras.
Mi agradecimiento a los gurús de verdad
(como sabes, “gu-rú” viene del sánscrito, de una persona que nos abre los ojos),
que tanto nos enseñan.