Ayer estuve viendo con Zoe (en casa, porque hacía mucho frío) el partido
del Real Madrid en Granada. Tres días antes, ante el FC Barcelona, los
merengues habían jugado un encuentro sensacional (lo disfruté con Mikel en
Ledesma, una cafetería de Bilbao, tal como comenté en este blog). Parece
mentira que el mismo conjunto pueda jugar tan bien ante uno de los mejores
equipos del mundo –si no el mejor, el Barça de Messi- y pierda con el Granada,
que solo había ganado dos encuentros en casa en lo que va de Liga.
Me interesó especialmente la rueda de prensa de Mourinho. Se declaró el
responsable del resultado (en realidad lo es, porque el líder –en este caso el
entrenador- es en un 70% el responsable del clima del equipo, y ayer el Madrid
estaba cansado psicológicamente y practicó un juego simplón y desorganizado).
Criticó a los jugadores que, sin jugar el miércoles ante el Barcelona,
estuvieron tan flojos (los “sospechosos habituales” son Sergio Ramos, Coentrao,
Marcelo y Di María): “Algunos estaban cansados sin jugar”. Habló del juego –del
no juego- de su equipo: “Me molestó mucho el primer tiempo del equipo. Ha sido
horrible”. Y expuso lo que consideró un agravio con el máximo rival: “Hay
equipos que no tienen ningún control sobre el calendario”. Pues tiene razón,
porque los blancos han tenido tres días entre partido y partido y los
azulgranas, cuatro. Una diferencia notable.
Lo que pasa es que el entrenador portugués no puede comportarse como si
fuera un crítico más, un observador alejado
del asunto. Si su equipo se comportó de una manera tan deplorable, es por su
responsabilidad. Se habla demasiado de lo extradeportivo y poco del rendimiento
futbolístico de los suyos. El cansancio físico depende tanto de lo puramente
físico (del agotamiento después de un esfuerzo como el de la semifinal de la
Copa del Rey) como del cansancio emocional (un equipo que no se comporta como
tal, que sufre más que disfruta), del descentramiento mental (no están
concentrados en lo que están) y sobre todo que padece un conflicto de valores.
No se puede tirar voluntariamente un primer tiempo y tratar de resolverlo
deprisa y corriendo ante una defensa muy disciplinada y un portero, Toño, que
es un buen guardameta. Es la crónica de un fracaso anunciado, el cuarto en
Andalucía en lo que va de temporada. f)
como sfuerzo como el de la semifinal de la Copa del Reyto futbol equipo, y ayer
el madrid el mundo -si
Me he comprado “Game change”, la estupenda película sobre Sarah Palin
como candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos. Un error clamoroso,
porque la gobernadora de Alaska (que interpreta magistralmente Julianne Moore)
es una persona de muy escasos conocimientos. Representaba el aire fresco en la
política norteamericana, el poder del pueblo frente a Washington, y pareció en
los inicios que podía ser un apoyo para McCain, el candidato republicano,
frente a Obama. Pero se negó a participar disciplinadamente en la campaña, lo
que demuestra la turbulenta relación con el asesor principal (que interpreta
Woody Harrelson). Una película muy interesante sobre el poder y, sí, sobre la
crónica de un fracaso.
Esta mañana he ido al cine a ver, en versión original subtitulada, “Hitchcock”,
producida por Ivan Reitman y protagonizada por Anthony Hopkins (en el papel de
Alfred Hitchcock), Helen Mirren (como su esposa, Alma) y Scarlett Johanson,
como Janet Leigh. Es la historia, primorosamente contada, sobre la creación de
su película “Psicosis”, la más celebrada. Me ha gustado mucho la sinergia entre
el famoso director y su maravillosa esposa, y la necesidad –tan inteligente- de
Hitchcock de reinventarse a través de una película de terror que tuvo que pasar
la censura de la época. Una cinta que merece mucho la pena.
Esta claro que el fracaso consiste en seguir haciendo lo que estás
haciendo. La reinvención es el antídoto contra el fracaso.
De la prensa, me quedo exclusivamente con el artículo de José Juan
Toharia, presidente de Metroscopia, titulado Ni sus votantes les creen. Es interesante comprobar que, el mismo
día que se publicaron los papeles de Bárcenas el 70% de los españoles ya se
había enterado. La primera reacción del 80% de nuestros compatriotas (y del 59%
de los votantes del PP) fue pedir la dimisión de sus cargos de los dirigentes
que en ellos aparecen. “se trata, sin duda, de una respuesta en caliente –y,
por tanto, más emocional que racional, y quizá precipitada-“, aclara el Dr.
Toharia, “pero que expresa claramente la ya nula paciencia y tolerancia
ciudadana ante la cascada de noticias referidas a conductas improcedentes en
nuestra vida pública”. Un 70% de los españoles le piden al Partido Popular la
celebración de un congreso extraordinario de renovación (entre los votantes del
PP, un 54% lo pide frente a un 36% que no). “El fracaso del actual equipo
dirigente del Partido Popular a la hora de conectar con la sociedad queda
evidenciado por el hecho de que el 76% de los españoles (y lo que sin duda es
más relevante, el 58% de los propios votantes del PP) no consideran ni creíbles
ni convincentes las explicaciones hasta ahora recibidas”. El bipartidismo en
España se hunde (la intención de voto hacia el partido en el gobierno es del
23,9%, 20 puntos menos que cuando ganó las elecciones). Veremos qué pasa en
este “rayo que no cesa”; los ciudadanos de nuestro país consideran que la corrupción
se tarda más en castigar (si alguna vez se castiga) que en otros países.
Hoy mi gratitud va hacia mis padres (mamá ha preparado un cocido
madrileño delicioso) que, ya jubilados, siguen al pie del cañón con la que está
cayendo.