El Talentismo y lo Glocal


Disfruté mucho ayer por la tarde con el Cine Fórum Empresarial APD de la película Lincoln en Kinépolis. Lo presentaron Enrique Sánchez de León, DG de APD, y Manu Claessens, presidente de Kinépolis. Es impresionante lo que ofrece en estos momentos Kinépolis a las empresas. Y después de la película (que, tras verla tres veces, me parece un auténtico peliculón que pasará a la historia del séptimo arte), un debate con tres líderes impresionantes: Rosa García, Presidenta de Siemens en España; José María Cervera, Director General de Makro para España y Portugal; Ignacio González-Posada, Director de Desarrollo de Negocio de AIR MILES, profesor del IE Business School y autor de Cómo ganar una guerra. Un debate interesantísimo en el que hablamos, respecto al Liderazgo, de la Convicción, la Honestidad, la Serenidad y el Sentido del Humor, el Equipo, de hasta qué punto “quema” ser líder, etc. Tenemos excelentes líderes en nuestro país de l@s que nos podemos sentir muy orgullos@s.
Y después he llegado a ver la segunda parte del FC Barcelona – Real Madrid de semifinales de la Copa del Rey. Un encuentro primorosamente planteado por Jose Mourinho (doble línea de defensa, una contra que es la especialidad merengue, con un CR7 en estado de gracia). Un resultado justo. El otro finalista, entre el Sevilla de Unai Emery y el Atlético de Madrid de Simeone.
Y esta tarde-noche, cena de gala del CRF Institute con los Top Employers a nivel europeo, las mejores empresas para trabajar del continente. He hablado durante 15-20 minutos de “El Talentismo en lo Glocal”. 
Ya sabes, el Talentismo es la nueva época en la que el talento es más escaso –y valioso- que el capital. Una era conceptual, conductual y de generosidad (CCG). Una era en la que lo intangible supone más del 90% del valor de las compañías. Una nueva época en la que dominan el capital humano, la marca, el capital clientes y las expectativas de futuro.
¿Qué tiene que ver el Talentismo con lo “Glocal” (pensar en Global, actuar en Local)? Por un lado, el fenómeno de la Globalización ha venido para quedarse, por lo que las empresas realmente globales son las que sobreviven y triunfan. Por otro, todo lo “global” empieza siendo “local” en la sede central de la compañía (la mentalidad estadounidense cree que lo que funciona en Kansas va a funcionar en cualquier otra parte del planeta, pero ya no es así). Y en tercer lugar, hemos de considerar seriamente las diferencias culturales. Mi modelo favorito sigue siendo el del holandés Fons Trompenaars y el británico Charles Hampden Turner, que analiza las culturas nacionales según siete parámetros: Universalismo vs Particularismo, Individualismo vs Comunitarismo, Específico vs Difuso, Afectivo vs Neutral, Logro vs Adscripción, Tiempo secuencial vs Sincrónico, Interna vs Externamente dirigido.
Sin embargo, creo que hay tres cualidades que trascienden las culturas nacionales (como la ética trasciende las diferentes morales): el talento como talento de superación y no como talento fijo (la “mentalidad”, según Carol Dweck); la motivación intrínseca y no la extrínseca o “palo y zanahoria” (La sorprendente verdad sobre qué nos motiva, de Daniel Pink) y la necesidad de configurar la organización como una meritocracia, desde la atracción y selección del talento hasta su desvinculación. Por tanto, de las tres (superación, motivación intrínseca y mérito) surge el poderoso concepto, nuclear en el Talentismo, de la empresa como “institución educativa”.
Mi agradecimiento a Enrique Sánchez de León y su equipo de APD (Irene Pérez, Blanca León, María Arrien, etc) y mi gratitud a Salvador Ibáñez, Victoria y todo el equipo de Top Employers. Con la que está cayendo, instituciones así nos enseñan a admirar a quienes mejor lo hacen.