De República bananera a república inexistente


Aquí sigo en Ecuador, trabajando en el proyecto de Gestión del Talento para el IESS (Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social). La apuesta por la Calidad del IESS y en general de la administración pública ecuatoriana me parece admirable. Y trabajar aquí con Francisco Vargas, una de las grandes figuras de la Gestión en el Ecuador, y con su equipo es un privilegio que agradezco mucho. Este maravilloso país me sigue sorprendiendo muy positivamente por la generosidad y hospitalidad de su gente, la calidez del trato, la belleza de su modo de vida y la impresionante gastronomía.
He estado leyendo un libro de economía, Ecuador: De Banana Republic a la No República, de Rafael Correa Delgado (Guayaquil, 1963), actual Presidente del país. Economista por la Universidad Católica de Guayaquil, máster en Economía por la Universidad de Lovaina, máster y Doctor en Economía por Illinois, ha sido consultor, voluntario salesiano y político. Su “revolución ciudadana” está inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia y en la Teología de la Liberación. Ha ganado la reelección en primera vuelta con más del 50% de los votos.
El Dr. Correa revisa en este libro las políticas económicas del país (el llamado “pensamiento único” o “consenso de Washington”) que básicamente llevaron a Ecuador a una supuesta modernización sin desarrollo. Considera (y da ciertas pruebas de ello) que su país, como buena parte de Iberoamérica, se han visto sometidos a un saqueo en toda regla.
El autor nos habla del tratamiento de la deuda externa (cuando llegó a la presidencia, el Dr. Correa exigió una auditoría interna para saber qué parte de la deuda era legítima y cuál no),que creció 19 veces (sí, un 1.900%) entre 1970 y 1981. De la autono,çia del Banco Central y su papel como facilitador de la fuga de capitales (mientras dos millones de ecuatorianos tenían que dejar a sus familias para trabajar fuera del país). De la dolarización (preconizada por los funcionarios del BID), de las burocracias del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial: por ejemplo, Lawrence Summers, asesor económico de Obama, ex secretario del Tesoro con Clinton y ex economista jefe del FMI, propuso el desvío de las industrias contaminantes al llamado “tercer mundo”. Esos organismos internacionales corrompen a funcionarios locales. “Ecuador jamás fue social ni económicamente un paraíso, pero lo que se hizo en las últimas décadas no tiene nombre”, nos dice Correa en este libro.
Uno de los principales lemas del movimiento ciudadano de Correa es “Prohibido olvidar”. Y para no olvidar, apostar por la Gestión a través del Talento Humano (GHT). De seguir así, Ecuador contará en los próximos años con una administración eficiente, ágil, cercana al ciudadano. Una administración pública de la que l@s ecuatorian@s  se sentirán muy orgullos@s.
Mientras en Europa se desmantela el Estado de Bienestar con el pretexto de la “austeridad”, en Iberoamérica hay proyectos ilusionantes de construir país. ¡Cómo es este cambio de época que llamamos Talentismo!
Mi agradecimiento a Byron, Esmeralda y la buena gente que apuesta por la Gestión, la Calidad y el Talento Humano en este maravilloso país.