Se mantiene el
tiempo primaveral, absolutamente delicioso. No deja de sorprenderme que haya
menos alabanzas ahora que las frecuentes quejas sobre la lluvia de hace unos
días (incluso ahora algunos se quejan de que “hace demasiado calor”). Taller en
Madrid (cuarta sesión del sexto módulo) sobre el/la líder-coach con los
directivos de CEOSA y FUNDOSA (ONCE). Sois personas especiales, solidarias con
los demás. Muchas gracias.
He estado
leyendo Subliminal. Cómo tu inconsciente
gobierna tu comportamiento, de Leonard Mlodinow. Doctor en Física Teórica
por la Universidad de California en Berkeley, profesor en CalTech, Leonard es
escritor y co-autor junto a Stephen Hawking de la Brevísima historia del tiempo y de El gran diseño. Como sabes, el tema del inconsciente me interesa
muchísimo.
La ciencia de
la mente se ha reinventado gracias a una tecnología de los 90, la imagen por
resonancia magnética (IRMf). El autor entiende que, si bien Jung y Freud ya
hablaban del inconsciente, la IRMf ha trasformado la neurología de una forma
radical, similar a como la cuántica transformó la física. La revolución se
llama “neurociencia social” y su primer congreso oficial trata de abril de
2001.
Tenemos que
llamarlo “el nuevo inconsciente” porque Freud se equivocó porque muchos
procesos inconscientes nunca pueden
revelarse por la autorreflexión que suscita la terapia. “La conducta humana es
el resultado de una corriente casi interminable de percepciones, sensaciones y
pensamientos que se producen tanto a nivel consciente como inconsciente”. “El
aroma sobrenatural del Unbewusst (inconsciente)
de Freud hizo que en general el concepto fuera difícil de digerir” (Daniel
Gilbert, Harvard). El inconsciente freudiana es “húmedo y caliente, bullía de
ira y lujuria, era alucinatorio, primitivo e irracional”. El nuevo inconsciente
es más suave y amable, y está anclado en la realidad.
Como ejemplos,
las investigaciones sobre las palmitas que comemos (influye la cantidad tanto o
más que el sabor), el “efecto fluidez” (que la forma de la información sea
difícil de asimilar afecta a nuestros juicios sobre el fondo de esa
afirmación), el impacto de la música (si en un supermercado suena música
francesa, se compra más vino francés; si alemana, más vino alemán), la
“paradoja de Pepsi” (cuando la cata es ciega, se elige esta marca; si se sabe
lo que se está bebiendo, se prefiere la Coca Cola), el impacto del nombre de la
empresa en el valor de sus acciones… Todo ello demuestra el poder del
inconsciente.
La psicología
se inició en 1875 con Wilhelm Wundt (el Papa de la psicología del Viejo Mundo)
y William James (el Papa de la psicología del Nuevo Mundo). Con Charles Sanders
Peirce, colega de James en Harvard. ¿Por qué es necesario el inconsciente?
Porque nuestra mente consciente no puede procesar más de 16-50 bits por
segundo. “El inconsciente es lo que nos permite vivir en un mundo que nos exige
procesar una ingente caudal de información”. Es el 95% de nuestra función
cognitiva. Un tercio del cerebro se dedica a procesar la visión.
Lo que hace
nuestro procesamiento inconsciente es crear un modelo del mundo. “Nuestro
inconsciente no se limita a interpretar los datos de los sentidos, sino que los
mejora”. Como muestra, el punto ciego. Recordamos,
olvidamos, inventamos: el 20-25% de lo declarado por los testigos en ruedas de
reconocimiento es falso. La memoria no es el disco duro de un ordenador.
“Cuando nuestras expectativas, creencias y conocimiento previo entran en
conflicto con los eventos reales, nuestro cerebro puede engañarse”. Suele
hacerlo. “La lección que yo saco de todo esto es de humildad y de gratitud.
Humildad porque por mucha seguridad que sienta hacia un recuerdo concreto,
podría estar equivocado; gratitud por los recuerdos que retengo, pero también
porque no lo recuerdo todo”.
Los
descubrimientos de la neurología resalta la importancia del ser social. Empatía
(“efecto Pigmalion”), influencia (“la atracción de las mujeres hacia los
hombres con voces graves es más pronunciada cuando la mujer se encuentra en la
fase fértil de su ciclo de ovulación”). ¿Hasta qué punto se puede alterar la
voz? Leonard nos presenta el caso de Margaret Hilda Roberts, parlamentaria
británica desde 1959, que se casó con Denis Thatcher. Su asesor personal
(coach) fue Gordon Reese.
Clasificamos a
las cosas y a las personas, dividimos entre propios y extraños, vivimos
emociones (“fíngelo hasta que sea verdad”), tenemos un abogado interior (que
aplica el “razonamiento motivado” y nos hace creer en nuestra propia bondad y
competencia). Los científicos fuertemente arraigados a una teoría establecida
se aferran a sus creencias; por ello “la ciencia avanza funeral a funeral”
(Paul Samuelson). La clave de la genialidad nos la aportó Salvador Dalí
(pronto, una gran exposición sobre él en Madrid): “Cada mañana, al despertarme,
experimento un placer supremo: el de ser Salvador Dalí, y me pregunto,
maravillado, qué cosa le reserva el día a Salvador Dalí”. “Escogemos los hechos
que queremos creer. También escogemos nuestros amigos, amantes y cónyuges no
solo por la percepción que tenemos de ellos sino por la manera en que ellos nos
perciben a nosotros”.