El coach de Liderazgo del presidente valenciano


Jueves en la ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde pronto estará concentrada “La Roja”. De momento, están los sub 21, dirigidos por Julien Lopetegui, que también son unos fenómenos y están preparando el Europeo de Israel que comienza la semana que viene, el 5 de junio (ojalá revaliden el título de 2011). Nuestra selección absoluta partirá hacia Estados Unidos el próximo 4 de junio. El 8 jugará en el Sun Life Stadium de Miami ante Haití y el 11 en Nueva York contra Irlanda del Norte. La segunda quincena del mes jugará la Copa Confederaciones en Brasil. Ojalá vuelva con ese trofeo, que aún no tenemos.
La noticia de la contratación y posterior rescisión del coach de liderazgo del presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, de la que me han informado varios amigos, es una prueba fehaciente de que todavía la sociedad española no se entera muy bien qué es esto del coaching. Varias reflexiones al respecto:
- No solo no es un lujo que el señor Fabra (ni ningún presidente de comunidad autónoma) contratara a un coach, sino que es una inversión muy rentable (se calcula que el ROI es entre 11 y 15 veces el tiempo y el dinero invertido). Particularmente, desconfiaría de un líder político y empresarial que no tuviera un/a coach.
- Cosa distinta es que el proceso de coaching ha de ser confidencial, absolutamente confidencial. No entiendo cómo se ha aireado en la prensa tanto el coaching en sí como el nombre del coach como la tarifa (20.000 euros, que además me parece desorbitada; un proceso de coaching estratégico, de seis meses, sale por 7.000 euros).
- Dado que se ha difundido el nombre del coach (al que personalmente no conozco; al parecer somos compañeros del Master de la Universitat de Barcelona), no ayuda nada el que en su web publicite clases de “maestría en el amor”. Por lo demás, me temo que este coach no ha escrito ningún libro sobre el tema. En el I Congreso de Barcelona (2010) impartió un taller sobre “Dejar de trabajar por los resultados y trabajar para ser excelentes”.
- Un alto cargo del gobierno valenciano, que no ha revelado su identidad, se refiere al coaching como “un curso de liderazgo”. En fin, que no sabe diferenciar la formación (cursos, para tener más conocimientos) del desarrollo (procesos, para generar mejores comportamientos). Así nos luce el pelo, que dirían Faemino y Cansado.
- ¿Mejora la vida de los valencianos que su presidente haga “un curso” (que no es un curso, sino un proceso de coaching) de liderazgo el presidente de la comunidad autónoma? Por supuesto que sí. Pensar lo contrario es creer que el talento es algo fijo y no algo que mejora (de hecho, que si no mejora, empeora). El 60% de la productividad es calidad directiva. Máxime cuando, según la encuesta del CIS, un 35% de los valencianos desconoce quién es el presidente de la Generalitat y solo un 23% confía bastante o mucho en D. Alberto Fabra. En el modelo actual, la labor de un presidente autonómico es esencial para la calidad de vida de los ciudadanos. Cosa distinta es si esa inversión la debe realizar la administración pública, el partido al que pertenece o uno mismo.
Todos necesitamos un/a coach en nuestras vidas. Pero como estamos de los nervios, entre la ignorancia y la ansiedad una inversión de lo más rentable puede transformarse en una crítica disparatada y a una acusación de dispendio.