Estoy
absolutamente abrumado (no se me ocurre otra palabra) por la cantidad de
muestras de cariño con motivo de 49º cumpleaños hoy. Desde Australia (la gran
experta en Inteligencia Emocional Silvia Damiano, poco después de las 12 de la
noche) a México (mi buen amigo Alejandro), Ecuador, Colombia, Perú… Y de
España, centenares y centenares de vosotr@s. Muchas, muchas, muchísimas gracias
a tod@s vosotr@s. Si las redes sociales sirven para hacer a alguien feliz a
través del cariño, ya son una maravilla.
Hablando de
felicidad y de éxito, he estado leyendo el último número de Muy interesante que precisamente lleva
en su portada “La fórmula del éxito”. Se refiere al libro The art of doing: How superachievers do what they do and how they do it
so well (El hacer de lograrlo: cómo la gente de éxito hace lo que hace y
por qué lo hacen tan bien) de Camille Sweeney y Josh Goshfield, que
entrevistaron durante más de 100 horas a personas de rendimiento excepcional,
desde el actor Alec Baldwin a la tenista Martina Navratilova. El denominador
común es un decálogo:
1. Dedicación:
Creer en el proyecto y asumirlo con todas las consecuencias.
2. Persistir
con inteligencia: Seguir a pesar de las adversidades y los rechazoz.
3. Crear
comunidad: Lograr que un grupo de gente crea en tu proyecto y trabaje para
ello.
4. Escuchar.
5. Tener una
historia que contar.
6. Poner a
prueba las ideas tan pronto como se puedad.
7. Controlar
las emociones.
8. Evolucionar:
La capacidad de avanzar en los fines y avanzar en nuevos entornos.
9. Ser
paciente: No buscar las recompensas inmediatas.
10. Ser feliz:
Los superexitosos disfrutan y lo pasan bien con la actividad que llevan a cabo.
También en el
especial de esa publicación se refieren al libro The Success Equation (La ecuación del éxito) de Michael J.
Mauboussin, director de estrategias de inversión global de Credit Suisse
(Harvard Business Press, 2012). La tesis es: “Tu resultado refleja tu capacidad
más una parte de suerte”. “Si tu hijo saca un 10 en matemáticas, ¿cuál será tu
reacción? Probablemente alabarlo. Pero ¿qué es más probable que ocurra en su
próximo examen? Que no tenga tanta suerte, saque una nota peor y le echemos una
bronca.
Con todo
respeto hacia este señor, que en inversiones globales debe ser un lince, de talento
no sabe por dónde va el aire. Confunde suerte con azar (dan ganas de regalarle
el clásico La buena suerte de Álex
Rovira y Fernando Trías de Bes) y con serendipia. Sr. Mauboussin, “la suerte
favorece a la mente preparada” (Isaac Asimov).
Y respecto al
estudio de Sweeney y Gosfield, con la debida humildad, no se trata de preguntar
a la gente de éxito por sus opiniones (muchas veces un@ no sabe por qué ha
conseguido lo que se propone), sino en analizar, en investigar realmente “qué
han hecho”. Como muestra, nuestro libro Messi,
Falcao y Cristiano Ronaldo. La Dra. Leonor Gallardo es una de la mejores
investigadoras de nuestro país o por eso, cuando analiza el éxito de verdad se
fija en detalles relevantes (si le hubiéramos preguntado directamente a Leo Messi,
CR7 o Radamel Falcao, sí, probablemente lo atribuirían a la suerte, al destino
o al supremo creador).
En el reportaje
Pros y contras de ser el mejor nos
proponen que veamos el documental Searching
for Sugar Man, del que ya he hablado en este blog. Estoy de acuerdo. Es imprescindible.
En fin, que
podemos tener éxito, pero cada uno debe definir su propio éxito. Un servidor,
con la cantidad de felicitaciones que he recibido hoy, me siento superexitoso;
much@s habéis dicho: “se cosecha lo que se siembra”, pero en fin, no creo
merecer tanto. Y para lograr lo que cada uno desea, el mundo anglosajón y el
tardocapitalismo sigue pensando de forma individualista; el latino, el oriental
y el talentismo, de forma comunitaria. No se me ocurre el éxito desde la
soledad, desde el egoísmo y desde el aislamiento (si quieres leer lo que no es
el éxito precisamente, Solo en la bolera
del sociólogo Robert Putnam).
Gracias de
nuevo por el día de hoy.