La juventud más esperanzada de Iberoamérica


Tres días de talleres sobre Cultura Corporativa, Clima Laboral, Cooperación y Compensación en Ecuador y la satisfacción de estar trabajando con una gente extraordinaria: acogedora, encantadora, trabajadora y muy emprendedora.
Mi buen amigo Pancho Vargas, uno de los mayores expertos de Calidad del país (es muy loable la apuesta que está realizando Ecuador por las ISO y por la Calidad en general), me entregó antes de ayer la primera Encuesta Iberoamericana de Juventudes (www.oij.org), sumamente interesante.
El Informe Ejecutivo comienza con una cita del músico argentino Indio Solari: “En vez de bajarles línea, a los chicos hay que escucharlos; porque en sus nervios hay mucha más información del futuro que la que los tipos de nuestra edad suelen tener para aconsejarlos”. Efectivamente, la escucha (en este caso a los jóvenes de toda Iberoamérica, desde México a Chile, con España y Portugal) es lo más estratégico.
El prólogo de Alejo Ramírez, SG de la Organización Iberoamericana de Juventudes (creada en 1992) destaca que “las juventudes de Iberoamérica viven una situación diversa, compleja y desigual”. La mayoría de los análisis giran en torno a lo que los jóvenes carecen (empleo, educación, seguridad). En este caso, trata sobre lo que piensan, sienten y reflexionan 150 millones de jóvenes con una cultura común. “Con todo, de la frase Los jóvenes son el futuro a El futuro ya llegó (como titulamos este informe) hay un salto cualitativo que pone el centro del relato en la capacidad de los jóvenes por protagonizar el cambio que necesitamos y construir el futuro que queremos”.
Un trabajo conjunto de la OIJ, el BID, el CAF, el PNUD, la CEPAL y la UNAM, con la ECID, la UNFPA, la OIT y la SEGIB: 20.000 entrevista individuales a jóvenes de 15 a 29 años de 20 países iberoamericanos. El 33% de ellos considera que la delincuencia y la violencia es su mayor preocupación, seguido de la drogadicción y el alcoholismo (20%) y el desempleo (16%). Es una llamada a combatir la desigualdad e invertir en educación, además de mejorar los servicios públicos y erradicar la violencia.
Este Informe nos recuerda las “10 paradojas de los jóvenes iberoamericanos” (CEPAL-OIJ, 2004):
1. Poseen más acceso a la educación y menos acceso al empleo
2. Gozan de más acceso a la información y menos acceso al poder
3. Tienen más expectativas de autonomía y menos opciones para materializarla
4. Están mejor provistos de salud pero menos reconocidos en su morbimortalidad específica
5. Son más dúctiles y móviles pero más afectados por las trayectorias migratorias inciertas
6. Están más cohesionados hacia adentro, pero con mayor impermeabilidad hacia fuera
7. Son más aptos para el cambio productivo, pero más excluidos de éste
8. Ostentan un lugar ambiguo entre receptores de políticas y protagonistas del cambio
9. Están más abiertos a la expansión del cambio simbólico y poseen una mayor restricción del consumo material
10. Están confrontados entre la autodeterminación y el protagonismo por una parte, y la precariedad y desmovilización por otra
Los jóvenes representan entre el 25 y el 30% de la población (salvo en Uruguay, que es el 22%, y en la Península Ibérica, que es el 17%). La población joven urbana está el 34% en Brasil, el 22% en la Región Andina, el 18% en México, el 12% en el Cono Sur y el 7% en la Península Ibérica y Centroamérica.
¿Cuáles son las principales conclusiones del Informe?
- Para el 33% de los jóvenes (especialmente en el Cono Sur y Brasil), la escuela está severamente cuestionada. Para el 40% de los jóvenes brasileños, el ambiente escolar es violento.
- La escuela era exigente académicamente para casi el 30% de los jóvenes en la Península Ibérica, México y Cono Sur, para el 20% en Centroamérica y Región Andina y para el 5% en Brasil.
- La educación es el principal factor para encontrar un buen trabajo en Centroamérica, Brasil y Región Andina (50%). En la Península Ibérica, son los contactos sociales (40%), en tanto que la educación solo es el 25% (otro 20% considera que no hay oportunidades de buen empleo para los jóvenes).     
- La confianza de los jóvenes en las instituciones es media en Brasil (20-30%) y muy baja en la Península Ibérica (5-10%). Los políticos son los peor valorados y la universidad la institución mejor valorada.
- Violencia: el 50% de los jóvenes brasileños han presenciado un episodio con arma de fuego (el 20% de españoles y portugueses).
- El 60% de los jóvenes está de acuerdo con sus padres en política, sexualidad y religión (en Brasil, el 40%).
- La participación de la juventud es regular (60%). La calidad de vida también se estima en regular (en Brasil es mucho más homogénea entre buena, regular y mala).
- En 5 años, el 50-60% de los jóvenes cree que la situación va a estar mejor, y el 10-20% que va a estar peor. El 70-80% de los jóvenes creen que ellos van a estar mejor (en Brasil cae al 50%).
Y sobre el índice de expectativas juveniles (que mide la esperanza en cinco años respecto a desigualdad, educación, economía, corrupción, salud, etc), el promedio es 61’2, con grandes diferencias entre países:
- Ecuador tiene el nivel más alto (77’3), seguido de Costa Rica (71’3) y Nicaragua (70).
- Entre el 65 y el 70, Uruguay (68’9), Venezuela (68’2), Panamá (67), Perú (66’8), España (66’3), Bolivia (65’2), El Salvador (65’1), Chile y Argentina (65).
- Entre 60 y 65, Honduras (64’3), Paraguay (62’4), República Dominicana (62’3), México (61’6) y Colombia (61’4).
- Entre 55 y 60, Brasil (55’9).
- Entre 50 y 55, Guatemala (55’5).
- Por debajo de 50, Portugal (44’9).

Una juventud sin esperanza es un país de difícil futuro. Una juventud esperanzada cumplirá su proyecto de futuro. Dos tercios de jóvenes de nuestra comunidad cultural ven el futuro con mirada optimista.

Mi agradecimiento a todas las personas que han trabajado en este informe pionero.