Domingo de
entrenamiento (el de mi hija Zoe esta mañana, en la Academia de Tecnificación
AR10 que está poniendo en valor como nadie el fútbol femenino), de almuerzo
familiar y de lecturas.
En la prensa de
hoy, varios artículos que han despertado mi interés:
El maestro José
Antonio Marina comenta en “Ideas” el debate sobre el futuro de Europa desde la
educación en el que ha participado con el filósofo Giovanni Reale y monseñor
Vanzi en la Embajada de España ante el Vaticano: “Lo importante es si la
tradición nos da ánimo y lucidez para inventar un proyecto válido para todos.
La UE es un brillante proyecto de convivencia elaborado por naciones que se
dedicaron durante milenios a destruirse mutuamente. Las naciones han ido a la
guerra para reforzar su identidad. Y la única manera de que se mantengan en paz
es que busquen su identidad de otra manera. Europa puede ser el método. Frente
a un proyecto “anglosajón” que piensa que la eficiencia del mercado es la mejor
solución a los problemas sociales, el modelo “europeo” pretende unir la
eficiencia con altos niveles de prestaciones sociales. ¿Tendremos talento para
llevarlo a cabo?”. La lucidez de JAM contrasta con la pesadez de muchos
políticos al uso, y por ello la opción mayoritaria en las próximas europeas me
temo que será la abstención. Es el sentido del sinsentido.
C. Fresneda nos
presenta a Rachel Botsman, figura de la Economía colaborativa. Publicó en 2009
‘El ascenso de la economía colaborativa’ con Roo Rogers. Esta londinense de 36
años afincada en Sydney tiene un par de vídeos TED muy interesantes, ‘El
ascenso del consumo colaborativo’ (www.ted.com/talks/rachel_botsman_the_case_for_collaborative_consumption#)
y ‘La nueva divisa es la confianza’ (www.ted.com/talks/rachel_botsman_the_currency_of_the_new_economy_is_trust).
El concepto es poderoso. Botsman habló en el Ouishare Fest de París sobre el
papel de las comunidades conectadas como las instituciones conectadas. Los
“cuatro jinetes” de la transformación son la ruptura de la confianza en el
modelo convencional, la complejidad, la redundancia (“¿para qué necesitamos
intermediarios?”, se pregunta Rachel) y el acceso (de consumidor/a a
prosumidor/a). Sí, el VUCA World. De los superorganismos, la generosidad y la
colaboración hemos hablado en ‘Los mosqueteros de Guardiola’ y en ‘Del
Capitalismo al Talentismo’.
Gran ejemplo de
colaboración es la que se da entre nuestros mejores cocineros. XL Semanal ha
reunido a “los ocho magníficos” que cuentan con tres estrellas Michelín: Joan
Roca (“nuestro país seguirá marcando vanguardia por muchos años y la cocina se
afianzará como reclamo para generar riqueza”), Juan Mari Arzak (“los premios
llegan, no se buscan”), Pedro Subijana (“hay que ser humildes y no llamar
creatividad a cualquier cosa”), Martín Berasategui (“cada uno se centrará en lo
que mejos se le da”), Quique Dacosta (“en España la creatividad no ha tocado
techo, ni mucho menos”), Eneko Atxa (“apuesto por restaurantes con
personalidad, que no miren a tendencias ni a modas, que sean honestos y
comprometidos con su entorno y con lo que éste le aporta al cocinero”), Carme
Ruscalleda (“hay que apostar por los productos naturales que han sido nuestra
fuente de inspiración y placer. Nosotros añadimos nuestro trabajo de
investigación, para sumar a la cocina valores de emoción y placer”) y David
Muñoz (“La crisis ha abierto el camino a gente joven con muchas ganas”). Está
por escribir el libro sobre cómo trasladar la innovación gastronómica española
al resto de nuestras empresas. Borja Bas, en El País Semanal, compara a Joan
Roca con René Redzepi (Noma). Los dos son hijos de chófer y cocinera,
aprendieron en El Bulli (Joan es alumno predilecto de Ferrán Adrià, René no le
tiene aprecio), han creado una gastronomía diferente (vanguardia desde las
raíces) y les encanta la materia prima (al de Noma, las plantas autóctonas; al
de El Celler, el pescado fresco comprado en Palamós).
Me ha interesado
también el artículo sobre Youtubers como JPelirrojo (450.000 followers), Enzo
Vizcaíno (800.000 visitas a su vídeo), Clipset (350.000 seguidores), Isasaweis
(250.000 followers y 2’5 M de visitas mensuales), Elrubius (6’7 M de followers,
líder indiscutible). Hacen marketing y crean comunidad de formas asombrosas.
‘El córner inglés’
de mi amigo John Carlin hoy trataba de los éxitos del Liverpool, el Manchester
City, el Sunderland, el Atlético de Madrid… ¿Denominador común? El Liverpool
tiene al uruguayo Luis Suárez el mejor jugador de la temporada (“olvídense de
Bale y Neymar, Suárez es el jugador que más seriamente amenaza con romper el
duopolio futbolístico de Messi y Ronaldo”); el entrenador del Manchester City
es el chileno Manuel Pelegrini, en su primera temporada en Inglaterra; el coach
que ha rescatado al Sunderland es el uruguayo Gus Poyet; qué decir de Diego
Simeone, “entrenador y alma del Atlético”. Carlin concluye: “queda por ver su
el Barcelona del entrenador accidental y argentino humilde Tata Martino acaba
ganando la Liga. Todo depende de si el mejor jugador del mundo decide salir de
su letargo y demostrar en los dos partidos que quedan lo que realmente es. Se
trata, por supuesto, de otro sudamericano cuyo nombre todos conocemos”.
Brillante.
El fenómeno
Piketty. Ya sabes, su libro ‘El Capital
en el siglo XXI’ (696 páginas) lleva más de 50 días como número uno en
Amazon. Su primera edición (50.000 ejemplares) se agotó en un mes. Este
parisino formado en L’École Normale Supérieure, London School of Economics y el
MIT, interesado en las desigualdades, ha merecido el elogio de Joseph Stigliz y
Paul Krugman. Su concepto de “capitalismo patrimonial” (los ricos se hacen más
ricos) al parecer reta a la meritocracia de los neocon, según la cual las
riquezas se ganan y se merecen.
En El País
Negocios, J. Bradford DeLong (ex secretario adjunto del Tesoro de EEUU) resume
el pensamiento de Piketty en cinco puntos: la relación entre renta y riqueza de
una sociedad tiende a situarse en un nivel igual a la tasa de ahorro neto
dividida por la tasa de crecimiento, el tiempo lleva a la concentración de la
riqueza en unos pocos, los ricos tienden a serlo cada vez más, “una sociedad
donde los ricos poseen un alto grado de influencia económica, política y
sociocultural es en muchos aspectos una sociedad indeseable”, la riqueza se
transmite hereditariamente (heiristocrazy, gobierno de los herederos).
Juan Manuel
Bellver, en la Crónica de El Mundo, se pregunta si Piketty es el Marx de este
siglo. Invitado a la Casa Blanca y al FMI, se ha dicho que su libro es el más
influyente en EEUU que viene de Francia desde ‘La democracia en América’ de
Alexis de Tocqueville. Martin Wolf (FT) lo ha llamado “ensayo de extraordinaria
importancia”.
En realidad, creo
que no es para tanto. Sí, el libro cuenta con referencias literarias de Jane
Austen, Balzac o Henry James, pero me parece que el funcionalismo americano
(tan eficaz siempre) crea un “pop star” para desviar la atención. Piketty, 43
años, detenido en 2009 por maltratar a su novia (hoy ministra de cultura),
admite que no ha leído a Marx más allá del ‘Manifiesto comunista’ (se nota que
no ha leído ‘El Capital’). Ha coqueteado con la política (Villepin le encargó
fundar una institución que rivalizase con la LSE; fue asesor económico de
Segoléne Royal contra Sarkozy, con los resultados conocidos por todos). Y sí,
habla de los ricos, para proponer que se les impongan más impuestos a los
patrimonios (¿en un mundo globalizado, con el actual movimiento de capitales?).
Modestamente, creo
que el debate sobre la desigualdad debería cobrar más altura. La desigualdad
(creciente) es un hecho, en un mundo paretiano y no gaussiano al que llamamos
Talentismo. Que la ingeniería financiera haya multiplicado el capital
disponible hasta un número de veces desconocido ha alimentado la codicia (y
viceversa), pero también ha dado más valor al talento, individual y colectivo,
por escaso. El talento no es hereditario como la riqueza tangible,
afortunadamente. Es cuestión de capacidad por compromiso en el contexto
adecuado, y se desarrolla con buen@s entrenadores/as.
También he estado
reflexionando sobre el triunfo de Austria en Eurovisión. La “mujer barbuda”.
Todo un caso de Marca Profesional. Ha apelado a su tribu (que es internacional,
no nacional) y con una balada de banda sonora de James Bond, ha ganado. Podemos
aprender valiosas lecciones de este festival tan hortera.
Mi gratitud, una
vez más, a José Antonio Marina, John Carlin, Rachel Botsman, a los ocho
magníficos cocineros, a los Youtubers y, por qué no, al afamado Piketty. En este
VUCA World, sus reflexiones estimulan las nuestras.