Nuevo
libro del maestro José Antonio Marina: ‘Objetivo: Generar talento. Cómo poner
en acción la inteligencia’. Se lo dedica a dos talentosas investigadoras, María
Teresa Rodríguez de Castro (no te pierdas su decálogo de las Organizaciones
basadas en Talento en la revista de la UP) y “al equipo del Human Age Institute
por su firme decisión de impulsar el talento”. Nos sentimos muy honrados.
Estructura
el autor su texto en tres partes: Definiendo el Talento, El Talento individual
y Generando el Talento de las Organizaciones. La auto (bio) bibliografía es
francamente impresionante.
Se trata
de un libro que debes leer y estudiar. Me atrevo a proponer un decálogo
sintetizando de forma humanamente posible la sabiduría que destila este texto.
1. El
“talento” está de moda, la inteligencia se ha quedado como una palabra corta y
el talento es “la inteligencia actuando de manera adecuada, brillante,
eficiente”. El talento es “la nueva riqueza de las naciones”. Es una acción y
no una capacidad, con “mentalidad de crecimiento” (Carol Dweck).
2. La
inteligencia tiene “dos pisos”: la generadora o computacional y la ejecutiva.
Entre ellos, el umbral de la consciencia. “El talento es un modo de tomar
decisiones y realizarlas”.
3. El
inconsciente “puede adiestrarse”. El cerebro es plástico, y se modifica en
función de la experiencia. “La plasticidad es lo que permite que la
inteligencia se convierta en talento”. La memoria correlaciona con la calidad.
4. La diferencia entre las personas
normales y las “fuera de serie” está en el entrenamiento. “Entrenarse es una
exclusiva humana”. Como ejemplos, los records de maratón o Usain Bolt. “Toda
nuestra vida en cuanto a su forma definida no es más que un conjunto de
hábitos” (William James). La educación es adquisición de hábitos. JAM nos
recuerda que para Aristóteles hay una “segunda naturaleza”. El entrenador es un
director de aprendizaje. Como “caso”, Ed Catmull de Pixar y el aprendizaje de
la creatividad.
5. La inteligencia generadora se educa por hábitos (pautas
automáticas adquiridas por el aprendizaje). “El talento depende de la cantidad
y calidad de los esquemas AG, de la amplitud de sus redes, de la capacidad de
activar grandes zonas de la memoria, y del paso a la acción”.
6. La memoria se construye. Las personas con poderosa
inteligencia generadora perciben más cosas (Sherlock Holmes), aprenden,
comprenden, anticipan con más acierto, toman mejores decisiones y distinguen
mejor lo relevante de lo irrelevante.
7. La inteligencia ejecutiva también se educa, por
supuesto. “La educación del talento ha de ser un aprendizaje dirigido”. “Lo que
define a la especie humana es su capacidad de control” (Roy Baumeister).
Inhibir el impulso es el primer acto ejecutivo. Del criterio de evaluación
depende el éxito del sistema. La educación de la IE también incluye las
“virtudes de la acción” (en todas las culturas se han valorado las mismas).
8. El talento de las organizaciones es algo más que la suma
de sus componentes. “El talento de un grupo, una sociedad o una organización es
su capacidad de elegir bien las metas y de movilizar todas las inteligencias
individuales que lo componen para conseguir alcanzarlas, aumentando al mismo
tiempo sus posibilidades personales”. Capital intelectual. “El capital no sirve
para nada si no se invierte, y a la buena inversión de la inteligencia la
llamamos talento”. La clave es el aprendizaje. Marina cita a Tom Peters, en su
comentario sobre Netscape: “Nació, cambió el mundo y desapareció. Todo en cinco
años”. Universidades corporativas (unas 4.000) como las de Unilever, Apple o
ArcelorMittal. Inteligencia a dos niveles: ejecutivo y generador. El entrenador
del talento: Chief Learning Officer (no confundir con el Director/a de RRHH
convencional). “Aumenta las posibilidades de progreso de quienes forman parte
de la organización (Teresa Amabile y Steven Kramer, El principio del progreso).
9. Talento social. ¿Quién toma las decisiones en un Estado
democrático? “Pensamiento de grupo” (Irving Janis). Felicidad social, que es la
justicia. “El talento de las sociedades es inevitablemente un talento ético”.
Mi querido José Antonio cada vez está más en forma, y le
agradecemos mucho este libro, complementario a su Handbook of Talent en el
Human Age Institute, con unas 200 citas e investigaciones.
¿Por qué no conseguimos que un independiente como José
Antonio Marina, una de las mejores mentes de nuestro tiempo (si no la mejor),
ocupado en esta teoría de la inteligencia que comienza en la ciencia (la neurología)
y culmina en la ética, sea nuestro Presidente del Gobierno de España? ¿No sería
una fantástica noticia? Te animo a que te apuntes al proyecto.