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Jornada
entre Madrid y Barcelona. Por la mañana, tenía previsto sesión de Coaching
Estratégico con la DG de una multinacional y reuniones de avance de proyectos.
Por la tarde, en la ciudad condal, presentación de ‘La Geometría del Alma’,
poemario de Susana Lainez, en Original, junto al MACBA (Museo de Arte
Contemporáneo).
Susana es
un claro ejemplo de directiva (CESCE) con un sentido holístico y humanista de
la vida. La define su editorial (Círculo Rojo) como inquieta por naturaleza,
enamorada de la vida, lectora, viajera, diseñadora de joyas y apasionada por el
arte. Le han acompañado en este acto (aforo prácticamente completo), además de
su hija, su yerno y sus dos nietas, buenos amigos de la empresa en la que
trabaja, de APD Zona Mediterránea, de Amec… Una exquisita muestra de amistad y
cariño.
¿Por qué
esa aparente contradicción de “la geometría” (una ciencia muy antigua, de
pasado babilónico y helénico, parte de las matemáticas) “del alma” (la
espiritualidad, la trascendencia, lo vivo)? Porque define a Susana. Como ella
mismo ha dicho: círculos concéntricos, mentes cuadradas, triángulos amorosos.
De eso se compone la vida.
He tenido
el provilegio de presentar el evento conversando con la autora. A través de
unas 20 preguntas, hemos paseado por los cuatro bloques del libro.
I.
Círculos concéntricos, sus poemas más actuales.
Susana
Lainez nos ha leído precisamente ‘Círculos concéntricos’, que comienza:
Como círculos
concéntricos
rojos,
verdes y amarillos
pintados
en un cuadro de Kandinsky
se han ido
forjando con el tiempo
mis
sentimientos.
Le he
preguntado por versos de otro poemas, como ‘Te doy’ (Mañana no seremos./ Sólo
somos ahora/ lo que queramos ser) ‘Tomo
apuntes’ (mientras me desespero/ porque sólo te imagino/ y no te tengo) o ‘Como
Ropa Tendida’ (Bésame de nuevo/ y deja la carretera). Susana nos ha leído
varios poemas, como ‘Oración a Kandinsky’ y le he preguntado por su vocación
del diseño de joyería y la pasión por el pintor Vasily Kandinsky.
II.
Claroscuro: poemas de su etapa barcelonesa, en la década de los 90, donde
estuvo nueve años. Versos como los incluidos en ‘Si supiera’ (En medio de este
túnel/ de olor a borrachera,/ quisiera demostrarte/ mirándote a los ojos/ que
nunca quise herirte.). Le he preguntado por sus sitios preferidos (la sabana
africana, Asia), por su mundo de libros (Pedro Salinas, Luis Cernuda), por la
experiencia barcelonesa…
Y ha
recitado ‘Pido permiso’:
Déjame que
beba tu amargura,
que goce
de tu sombra enamorada,
permíteme
sentirme ángel-diablo,
y que
descienda hasta los fondos del abismo.
Espérame
en tus noches solitarias.
Déjame que
me ofrezca como soy.
Que te
descubra como placer prohibido.
O
prefieres que muera estando viva?
III.
Paisajes de esta tierra. Su bloque más descriptivo.
Hemos
recitado (alternativamente) poemas como ‘Y siempre Tú’ (Hace tiempo que te fuiste/ y
que te pienso/ y que te busco/ y no te alcanzo). Nos ha hablado del paralelismo
entre el arte y el paisaje, de su triángulo nieve-Mediterráneo-Andalucía, de
sus sentimientos en versos como “Canto por dentro/ una baquiana/ y me siento
reina” (sus momentos de fluidez).
El
paisaje, como ha explicado la poeta, denota un estado de ánimo.
IV. Blanco
sobre negro: su bloque más personal. Susana dedica su libro a sus hijos. Una en
Barcelona, otro en Colombia, la tercera en el más allá. Nos ha leído
valientemente ‘Miro hacia el cielo’ (No caben más estrellas/ en este velo
oscuro/ que cubre mi cansancio/ y me convierte en nadie), le he preguntado qué
significa para ella la tristeza (Quiero que me abandone/ esta tristeza honda/
como una ola rompiente/ y a veces silenciosa), he leído ‘El miedo’ (Al diablo
el miedo!) y la esperanza del “let it go” (Déjalo ir).
Finalmente,
varios de sus amigos y su hija María han dado testimonio de su amistad y amor
hacia Susana Lainez. Y como a las personas generosas, les suele molestar el
reconocimiento público (solemos dárselo cuando ya no están), le he pedido que
se sentara y toda la sala, puesta en pie, le ha proferido una estruendosa
y prolongada ovación de gratitud.
Una
maravillosa presentación la de ‘La geometría del alma’ en Barcelona. Un libro
que debes degustar… La autora concluye este delicioso poemario con ‘El tiempo y
la pena’:
Que difícil
la noche
y que
duros los días.
Y también
tu recuerdo.
Siempre tu
recuerdo.
Mi
gratitud a Susana y sus socios galeristas (José María y Eduardo; nueva
exposición el próximo 14 de diciembre en Madrid) y a tod@s los asistentes. Hemos
vivido un momento mágico de reflexión, de recogimiento, de disfrute por la vida
a través de sus personales versos.