Ready Player One:Ready Player One: Fluidez, avatares y realidad virtual


34 grados en el Mediterráneo, con una humedad del 72%.
He estado leyendo, por recomendación de mi hija Zoe, la novela ‘Ready Player One’ (2011), de Ernst Cline. En el año 2044, y como el resto de la humanidad, Wade Owen Watts (WOW) prefiere mil veces jugar a Oasis, lo último en realidad virtual, que el sórdido mundo real a su alrededor (vive con su tía en una caravana en Ohio, los combustibles fósiles se han agotado y cuesta viajar). El fundador de Oasis, que acaba de fallecer, legará toda su fortuna a quien triunfe en un juego (el Huevo de Pascua) en el que se deben obtener tres llaves a partir de películas, series y canciones de los 80 década de la que él era muy aficionado. Wade, cuyo avatar es Perzival (Parsifal), ha de luchar contra los “sixers”, empleados de IOI (propietaria de Oasis) liderados por Nolan Sorrento, y forma equipo con Art3mis, Hache y dos colegas japoneses, Daíto y Shoito.
La impresionante ópera prima de Ernst Cline ha revolucionado la literatura de ciencia ficción en Estados Unidos y en el resto del mundo (Premio Prometheus 2012). En paralelo a su publicación, Warner Brothers se ha hecho con los derechos para la película (con guión del propio Cline, dirigida por Steven Spielberg), que se estrenará el 30 de marzo de 2018 (para no competir con ‘The last Jedi’, lo nuevo de Star Wars). Puedes ver el tráiler de la misma en http://readyplayeronemovie.com/        
¿Qué es lo que más me ha gustado de la novela?
-       La realidad virtual como consuelo de la desdichada situación real. Algo que se vislumbra en el consumo desmesurado de televisión (en España, 4’5 horas diarias por habitante, algo en lo que siempre pienso cuando me preguntan cómo soy capaz de leer un libro al día) y que también observamos, en la escena del “Gran Mercado” en Valerian, de Luc Besson. Como la civilización está en decadencia, se crea una alternativa. “Ready Player One” (Preparado el Jugador número Uno) son las palabras que leen los usuarios de Oasis antes de abanadonar el “off-line” y entrar en el “on-line”.  ¿Puede ser el Talentismo una era en la que “casi toda la humanidad pase su tiempo libre en un videojuego”?
-       En contraposición, “Ludus” es un mundo real pero anodino. Es la escuela, aunque también, como reconoce Wade, “juego” o “deporte” en latín. Como puedes suponer, la clase favorita de Wade tiene que ver con… Oasis.
- “No existe mapa para el lugar al que nos dirigimos”, escribe Ernst Cline (Ohio, 1972) en la dedicatoria. El protagonista, Wade, vive en un mundo en el que hay que esperar dos años para trabajar en un restaurante de comida rápida y en el que los aviones son teledirigidos. La población consume una dieta subvencionada por el Gobierno, rebosante de azúcar y almidones. La escuela pública también es virtual, se consumen “créditos” (bitcoin) y cuando los usuarios deben a la empresa por sus “experiencias virtuales”, han de trabajar en la misma.   
- El reto: “Desde de empecé a buscar el Huevo, el futuro dejó de parecerme tan negro”. La fluidez (Ciskzentmihalyi) como elevar las capacidades a través del compromiso (talento) a la altura del desafío. “Des-afiar” es cambiar una “Fe” por otra. Wade lleva un ‘Diario del Grial’: ¿Cuál es el tuyo? “Gokouun o inorimasu”, dice Shoto, “Hazlo lo mejor que puedas”. Adversidad en la dificultad, Resiliencia: “Tengo que hacer difícil este rápido asunto, no sea que ganarlo con demasiada facilidad haga ligero el premio” (La Tempestad, Shakespeare).
- En el mundo de los Avatares, cada uno se pone el nombre que quiere, elige su físico, su identidad… “y no tiene nada que perder”. Perzival quiere saber cómo es Art3mis en realidad (a ella le da igual cómo es él: feo y gordo en la novela, atractivo en la película de Spielberg).
- La impresionante colección de recuerdos de los 80: videojuegos como PacMan, Burger Time o Joust; películas como Blade Runner, Regreso al futuro (el prota tiene un DeLorean, que es su “Marca personal”), Cazafantasmas, Star Wars, Lady Halcón, Los inmortales, Juegos de Guerra, Blade Runner, Exploradores, Escuela de Rock; canciones; las Chuck Taylor All Stars… Los 80 como “Thought Leadership” (liderazgo de contenidos).
- Y en particukar ‘Dragones y mazmorras’ (me he acordado de Cristina Escribano, directiva de Gas Natural Fenosa y excompañera en el Arthur Andersen de los 80, que era fan de este juego). Este juego de rol de fantasía heróica, el primero de todos los tiempos, marcó una época. La última reedición es de 2010.    
- El tándem de Halliday y Ogden Morrow (como el de Steve Jobs y Wozniak en Apple, o Lennon-McCartney). La unidad mínima de Liderazgo.
- A Wade, cuando obtiene la primera llave, le proponen trabajar en IOI (Oasis). Declina. Prefiere ser emprendedor, en su búsqueda del premio, que contar con los recursos de la gran corporación (los miles de profesionales de la División de Ovología de IOI). “Prefiero encontrar el Huevo yo solo. Gracias, Tú y el resto de lacayos podéis iros a la mierda”.   
- El amor en los tiempos de avatares (Perzival-Art3mis). “Fuera quien fuera Art3mis, estaba enamorado de ella. Lo sentía en lo más profundo, en lo más sensible, en lo más dulce de mi ser”.
- La política en el mundo OnOff: “A mí las elecciones no me importaban lo más mínimo, no les veía sentido. Del gran país de antaño en el que yo había nacido sólo quedaba el nombre. No importaba quién lo gobernara. Eran personas que se dedicaban a cambiar de asientos. Además, la gente ya podía votar desde casa, vía Oasis. Las únicas personas que podían ser elegidas eran estrellas de cine, personajes de reality shows y telepredicadores radicales”. Frente a ella, el protagonista tiene su Parzival TV, 24 horas, 365 dias al año, que emite lo que a él le gusta.
- Fe, Esperanza, Caridad. “It takes Three. It’s the magical number” (de la película ‘Escuela de Rock’). El 3 es el número mágico: la cabeza, el corazón y el cuerpo. El triángulo. www.youtube.com/watch?v=aU4pyiB-kq0        
- Halliday, el fundador del videojuego Oasis (en ingles Simulación de Inmersión Sensorial Antropocéntrica Ontológica) es “Anorak” (término coloquial utilizado en Inglaterra para los obsesos por la informática) y nos enseña “como legado” no vivir como ermitaños sino experimentar la vida. “La realidad no me entusiasma, pero sigue siendo el único lugar donde se come decentemente” (Groucho Marx). “Nadie obtiene todo lo que quiere, y eso es precioso” (la contraseña de Parsifal).

Esto es lo que leen nuestros jóvenes, lo que disfrutaremos en la gran pantalla próximamente y por donde parece encaminarse una buena parte de la sociedad: el Talentismo como “reloj de arena” con un 20% de personas que aprovechen su talento (empleabilidad, aprendibilidad, inlcusión) y un 80% de “consumidores virtuales” con una renta básica y entretenimiento online. Prepárense para esta nueva era.   

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